No les gusta la obligación social que genera
En Japón, los agasajados en el Día de San Valentín son los hombres, no las mujeres. Ellas les regalan a ellos chocolates. El destinatario del obsequio no necesariamente tiene que ser pareja de quien se lo entrega, alcanza con ser compañero de trabajo.
El que se regala por imposición social (al colega, por ejemplo) es el giri-choco. El honmei-choco, más caro, se obsequia a la pareja o al chico en el que la chica está interesada sentimentalmente. Este sí es un regalo de corazón.
Una encuesta revela que la inmensa mayoría de japoneses tiene escaso o ningún interés en los giri-choco.
De acuerdo con un sondeo realizado a 200 hombres de 25 a 34 años –cuyos resultados publica el sitio RocketNews24–, al 53 % no le preocupa si recibe chocolates o no, mientras que el 37 % preferiría no recibirlos.
Al parecer, la principal razón del rechazo de los hombres a esta costumbre es la obligación social que genera, pues un mes después, en el White Day, ellos deben retribuir el obsequio con otro.
En la otra vereda, el restante 10 % dijo que se sentirían tristes y solos si nadie se acordara de ellos el 14 de febrero.
En un foro virtual, un usuario comentó que a él si le gusta recibir chocolates, pero detesta tener que “devolverlos” un mes después. Otro se quejó de que el honmei-choco es peor que el giri-choco, pues te obliga a gastar mucho en el White Day. (ipcdigital)
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