Paro y Kabo-chan son los robots del momento. Este mes se lanza el nuevo Rapiro.
Cada vez más perfectos en movimiento y forma, más bonitos y útiles tanto para el entretenimiento de un niño, el trabajo de un adulto o el cuidado de un anciano. Los robots japoneses modernos han encontrado por fin el camino cierto para su masificación y su éxito económico.
El diario Nikkei, informó que un grupo de cuatro pequeñas y medianas empresas, incluido Kiluc con sede en Tokio, van a lanzar a finales de este mes de febrero un robot con 12 movimientos realistas en sua articulaciones. Se llama Rapiro, mide 25cm de alto, pesa 1kg, camina sobre sus dos piernas y sus dos manos son capaces de sujetar objetos livianos sin problemas.
De apariencia triste, lo bonito de Rapiro es que tiene 30 piezas que un niño de 12 años puede montar e interconectar con varias máquinas. El consorcio fabricante es integrado además por la JMC, una procesadora de resina de Yokohama y otras dos empresas más. El proyecto aún busca inversores pequeños por internet. Según la empresa Kiluc, el proyecto ya recaudó 15 millones de yenes promoviendo el uso de la impresora 3-D para la fabricación de piezas de Rapiro.
Rapiro costará cerca de 40.000 yenes, mucho más barato que los robots humanoides que son vendidos como kits para montarse por más de 100.000 yenes.
FUNCIONES CASI HUMANAS
Entre otros productos en desarrollo, la empresa Nanto de Toyama, lanzó en septiembre del año pasado una versión actualizada de Paro, un “robot terapéutico” con imagen de bebé foca.
Según el Instituto de Ciencia Industrial Avanzada y Tecnología (AIST), que creó Paro, el robot tiene efectos sobre la salud como si fuera una mascota real, toda vez que da señales de felicidad cuando es acariciado y reacciona cuando es llamado.
Desde que el robot Paro fue colocado en el mercado en 2005, cerca de 3.000 unidades han sido vendidas en cerca de 30 países.
El primer modelo de Paro era controlado por un algoritmo proyectado para mostrar movimientos de un animal real. En la nueva versión el sistema operacional su uso es más terapeútico, tanto que podrá reaccionar a estimulos no siempre favorables. Cuesta 350.000 yenes.
EL BEBÉ KABO-CHAN
Otro robot en el mercado es Unazuki Kabo-chan que es fabricado por Pip, una empresa con sede en Osaka que hace productos médicos y sanitarios. Cuesta 21.000 yenes y está destinado para hacer compañía a adultos y para cuidar ancianos.
Kabo-chan tiene la imagen de un niño pequeño que gatea, canta y reclama la atención de su propietario. Al mismo tiempo va enviando información en tiempo real sobre la actividad corporal de la persona, incluyendo la hora en que se levanta o va a la cama. Desde 2011, se han vendido 7.000 unidades.
El Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón calcula que el mercado de los robots para cuidado de enfermos llegará a 49.000 millones de dólares en 2035 frente alos 60 millones de dólares actuales. (ipcdigital)