Problema también afecta a la comunidad latinoamericana
Una de cada cuatro mujeres casadas en Japón es víctima de violencia doméstica y casi la mitad de ellas no busca ayuda.
Los gobiernos municipales de varias regiones del país tienen centros especializados (algunos atienden en portugués) para ayudar a estas mujeres.
Una de las víctimas es una nikkei brasileña que durante dos años fue maltratada por su esposo.
Tras una década de matrimonio, la mujer comenzó a ser agredida por su pareja. Al principio, el maltrato fue verbal (críticas, acusaciones sin fundamento, etc.). Después, también fue físico.
La brasileña le dice a JPTV que no encuentra explicación para el comportamiento de su esposo. Cree que él descargó en ella sus decepciones y frustraciones.
La psicóloga Cecilia Kamiji sostiene que el maltrato contra la mujer también puede ser de carácter financiero, obligándola a mantener relaciones sexuales, o económico, impidiéndole que trabaje, lo que la convierte en un ser dependiente.
Los parientes o amigos de la víctima pueden hacer mucho por ayudarla, mostrando interés por ella (que la mujer perciba que no está sola) e intentando que se abra y busque apoyo, subraya la especialista.
Por su parte, la trabajadora social Megumi Wada recomienda: “En cualquier situación, la persona debe buscar ayuda. En caso extremo, si la víctima se siente en peligro debe ir a la policía”.
“Lo que no puede es quedarse sufriendo sola”, añade.
Otra víctima, también una mujer brasileña, revela que buscó ayuda la segunda vez que su esposo la golpeó. Han transcurrido dos años desde entonces, pero el medio no se ha ido.
“Yo lloraba, lloraba más que hablaba. Ahora puedo hablar tranquilamente, pero todavía tengo un gran trauma, un gran miedo”, confiesa.
