Critican que gobierno japonés se haya referido a un independentista como criminal
Ahn Jung Geun, el joven nacionalista coreano que en 1909 asesinó al primer ministro japonés Hirobumi Ito, aún despierta encontradas pasiones 103 años después de su muerte.
Mientras los surcoreanos lo consideran un héroe, para los japoneses fue un criminal o terrorista.
La decisión del gobierno de la presidenta Park Geun-hye de erigir una estatua de Ahn en China (donde Ito perdió la vida) motivó la protesta del gobierno de Japón, que a través de su ministro portavoz, Yoshihide Suga, llamó “criminal” a Ahn.
Alrededor de 300 personas se reunieron el viernes frente a la embajada de Japón en Seúl para manifestarse contra el calificativo lanzado por Suga, informó Kyodo.
Asimismo, criticaron al primer ministro japonés Shinzo Abe por –supuestamente– haber dicho que Corea del Sur es un “país tonto”, según versión de la revista nipona Shukan Bunshun.
Cuando Ahn acabó con la vida de Ito, Corea era un protectorado japonés, y entre 1910 y 1945 fue colonia de Japón.