Gobernador duda de la honestidad del presidente de TEPCO
El Gobierno de la prefectura de Fukushima anunció el jueves que analizará por su cuenta el impacto de los vertidos radiactivos de la accidentada central nuclear en el océano Pacífico, después de descubrirse una nueva fuga de agua contaminada.
Las autoridades de la prefectura celebraron una reunión de emergencia después de que la operadora de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), informara de que 430 litros de agua contaminada se han filtrado desde otro tanque de almacenamiento y de que una parte probablemente ha ido a parar al mar frente a la planta.
Durante el encuentro, un funcionario a cargo de política atómica en la prefectura anunció que las autoridades provinciales medirán, a partir del viernes mismo si es posible, la radiación en aguas junto a las bocas de drenaje a través de las cuales se cree que el líquido procedente de la planta ha ido a parar al mar, según la cadena NHK.
Por su parte, TEPCO ya lleva a cabo análisis del agua cercana a la planta, mientras la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) de Japón anunció en septiembre que realizaría un estudio a fondo del lecho marino en 60.000 puntos situados hasta a 50 kilómetros de la central cuyos resultados se conocerán el año próximo.
Durante la reunión del jueves, el gobernador de Fukushima, Yuhei Sato, recordó que esta filtración se ha producido poco después de que el presidente de TEPCO, Naomi Hirose, asegurara ante la asamblea prefectural que la gestión del agua contaminada en la central sería la principal prioridad de la eléctrica.
Sato dijo que ahora duda de la honestidad de Hirose y criticó duramente la gestión del agua contaminada en la planta.
Además de las fugas que se han detectado en los tanques de almacenamiento, que sirven para guardar el agua que se usa para enfriar los reactores, se estima que la central filtra a diario al océano cerca de 300 toneladas de líquido radiactivo acumulado en el subsuelo de la planta.
Esta acumulación es la suma del agua del sistema de refrigeración, que se derrama en parte a los sótanos, y de los acuíferos subterráneos, que se filtran dentro de las construcciones debido a los daños estructurales provocados por el terremoto y el tsunami que golpearon la central en marzo de 2011.
Para poder tratar la ingente cantidad de agua acumulada en la central, la operadora reinició esta semana las pruebas de un nuevo sistema para eliminar gran parte de los materiales radiactivos, el cual se espera pueda ayudar a solucionar el problema en el futuro. (EFE)
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