También solicita desmantelar reactores no afectados por el tsunami
Andrés Sánchez Braun / EFE
El primer ministro nipón, Shinzo Abe, visitó el jueves la accidentada planta nuclear de Fukushima, donde pidió a la empresa operadora que fije un plazo para tener controlados los vertidos de agua contaminada en la planta.
Se cree que Fukushima filtra a diario unas 300 toneladas de líquido radiactivo al océano Pacífico debido a la acumulación de agua contaminada en los edificios de los reactores.
Esta acumulación es la suma del líquido del sistema de refrigeración de los reactores, que se filtra a los sótanos de los edificios, donde también penetran los cauces naturales de agua subterránea que circulan en torno a la central, golpeada por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011.
A esto se sumó la reciente fuga, de unas 300 toneladas de agua muy tóxica, que registró el pasado mes de agosto un tanque para almacenar líquido utilizado para enfriar las unidades de fusión nuclear.
En compañía de Naomi Hirose, presidente de Tokyo Electric Power (TEPCO), propietaria de la planta, y del director de la misma, Akira Ono, el primer ministro, enfundado en un traje de protección frente a la radiación, visitó la zona donde se encuentra dicho tanque defectuoso.
Allí, Ono le explicó que para fin de año la empresa espera haber reemplazado por contenedores más fiables los cerca de 350 tanques similares a este modelo, fabricado rápidamente tras el accidente nuclear en 2011 empleando elementos más económicos como resina y fijaciones metálicas en vez de soldadura.
Abe vio también de primera mano el Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS), nuevo sistema de reciclaje de agua contaminada que sustrae del agua 62 tipos de sustancias radiactivas (aunque no el tritio) y que teóricamente facilitará la gestión del líquido.
Este sistema, que se espera que esté instalado próximamente, ha sido financiado con la partida aprobada recientemente por el Gabinete Abe por valor de 47.000 millones de yenes (353 millones de euros) para detener los vertidos de agua radiactiva al mar.
En la planta, Abe realizó tres solicitudes a TEPCO: establecer un plazo para tener solucionado el problema de las fugas, ampliar la partida presupuestaria destinada a emergencias en la central, y desmantelar lo antes posibles los reactores 5 y 6 (que no resultaron afectados por el tsunami) para centrarse en asuntos más importantes.
A continuación, explicó que el presidente de TEPCO le aseguró que la eléctrica dispondrá de 1 billón de yenes (7.461 millones de euros) adicional (ya dispone de otro billón de yenes para emergencias) para este fin en torno a finales del próximo ejercicio fiscal.
Del mismo modo, Hirose también aseguró al primer ministro que la compañía decidirá a finales de este año si desmantela pronto las unidades 5 y 6.
Al concluir la visita, Abe insistió en defender la postura que sostuvo ante el Comité Olímpico Internacional (COI) el pasado 7 de septiembre en Buenos Aires, cuando el organismo eligió a Tokio para albergar los Juegos de 2020.
En la capital argentina el jefe de Gobierno nipón explicó que la situación en la planta, situada a unos 220 kilómetros al noreste de la capital, está controlada y que no afectará a Tokio de ninguna manera.
«Uno de los principales objetivos de esta visita era ver por mí mismo la central tras haber hecho esos comentarios acerca de cómo se ha manejado el agua contaminada», dijo Abe.
«Estoy convencido de que las filtraciones de agua radiactiva han sido contenidas en un área de 0,3 kilómetros cuadrados dentro del muelle de la planta, tal y como dije en Buenos Aires», añadió.
El primer ministro también agradeció a algunos de los más de 3.500 técnicos que trabajan para solucionar la crisis en la central su esfuerzo y para subrayar la importancia de su labor.
«El futuro de Japón está sobre sus hombros. El Gobierno dará un paso adelante y tomará medidas concretas, así que cuento con ustedes», les dijo el primer ministro.