El retorno masivo de brasileños entre 2008 y 2010 está pasando factura.
El Municipio de Ota, en Gunma, pedirá en octubre al Gobierno central que modere la Ley de Inmigración para atraer a más inmigrantes a la ciudad, dijo el alcalde de esa localidad, Masayoshi Shimizu.
Según el diario Mainichi, una de las razones es el retorno masivo de los brasileños después de la crisis financiera en 2008. Actualmente viven 2.752 brasileños registrados en Ota, pero en marzo de 2009 había 4.043 personas de esa nacionalidad.
Además, otra política que aceleró la despoblación extrantranjera ocurrió en abril de 2009, cuando el gobierno japonés empezó a dar 300 mil yenes (3 mil dólares) a nikeis brasileños y peruanos a cambio de que regresen a país. Con esta política, llamada Ayuda del Retorno o Kikoku Shien, salieron de Japón 21.675 personas hasta abril de 2010. El gobierno nipón gastó unos 7.300 millones de yenes (70 millones de dólares), según el informe del Ministerio de Trabajo, el encargado de administrar los recursos de la «ayuda».
Ahora, el plan del alcalde Shimizu es crear una zona especial en la ciudad, donde los inmigrantes o los estudiantes extranjeros puedan trabajar incluso fuera de las áreas que permita cada tipo de visa.
«El gobierno central quiere incentivar a las empresas a invertir más en maquinaria y equipos en Japón pero la mano de obra no alcanzará. El gobierno debe pensar en asegurar la mano de obra en el país», dijo Shimizu.
La ciudad de Ota forma parte del grupo de ciudades con Mayor Número de Inmigrantes, Gaikokujin Shuju Toshi Kaigi, cuya próxima reunión se realizará en noviembre.