La música criolla y la marinera se robaron el show en el “Perú Festival”, que el domingo 28 de julio, por coincidencia la misma fecha que se conmemora el Día de la Independencia del Perú, reunió a casi 2.000 personas en el hall del Studio Coast en Shin Kiba.
La celebración comenzó con el Himno Nacional y siguió con palabras del embajador del Perú en Japón, Elard Escala, quien dio lectura a un mensaje del presidente Ollanta Humala y con el saludo del cónsul general en Tokio, Julio Cárdenas.
El acto de apertura tuvo en el estrado al representante de la nueva Asociación de Peruanos en Japón, de APEJA y a los directivos de Kyodai. Los maestros de ceremonia fueron Alberto Taba y Giuliana Salvador, con la organización general de Christian Zevallo, gerente de márketing de Kyodai, y la colaboración de DJ Lando.
A diferencia de otras versiones de la fiesta en Shin Kiba, este año la música criolla, con sus valsecitos de antaño y ritmos negroides, además de la marinera norteña y limeña, impusieron su personalidad y motivaron al público. La gente no solo vio sino que también bailó.
«La Banda» puso la salsa y la jarana la trajo el grupo “Familia Criolla”, integrada por los hermanos Loli y Kuni Hachimine. Son buenos.
El Carnaval Peruano, con un recorrido musical por la costa, sierra y selva, estuvo bonito. La marinera y el huaylas siempre gustan, pero este año fue especial porque las escuelas de danza se juntaron en un solo espectáculo con un resultado maravilloso.
Los niños de la marinera son pura energía y gracia y los mayores derrochan sin guardarse nada, la elegancia y estética que este baile tanto exige para convencer. No hubo teléfono celular que se resistiera a una foto con ellos.
La gente estaba muy feliz y emocionada pues la mitad de la fiesta ya iba siendo música y bailes 100 por ciento peruanos. Las bailarinas bajaron 2 veces a la pista, en el huaylash y al final. Público y artistas fueron uno, y entre zapaeos de haynos y movimientos de caderas el festejo estaba tan rico como lo picarones.
De lo criollo se pasó al rock, también nacional. El grupo “DK Vita” tuvo la feliz idea de rendir homenaje a Pedro Suárez-Vértiz, ícono del rock peruano que ahora no goza de buena salud y que todo el país quiere cuidar y hacerle sentir bien. Los artistas peruanos de Japón no quisieron quedarse atrás y todo les salió bien. Al público, que es más o menos, de la generación musical de Pedro, le cayó bien el show.
El festival también sirvió como escenario del regreso de Los Kalibres, Lando, Nando y Daniel, reguetoneros muy queridos en la comunidad peruana. No cantaban justos hace años y la vuelta les salió redonda. Emocionados por el éxito del domingo, Daniel dijo que se animarán a grabar de nuevo.
Luego saltó al escenario una DJ japonesa que intentó hacer lo suyo, pero que no cuajó hasta que sonó el swing de Kuni Hachimine.
El fin de fiesta tuvo a DJ Lando con un acertado popurri de festejos que marcaron el ritmo del grupo de danza Pasión Perú de Gunma.
Para destacar. Hubo show para niños, buena comida peruana, y entre los invitados de honor estuvo Kaoru Morioka, con sus dos hijos y su esposa, que está ya en el noveno mes de embarazo.
El jale de Kaoru es tremendo. Su éxito en el fútsal japonés va de la mano con la simpatía y humildad que posee. El domingo la gente hizo cola para tomarse fotos con él y el goleador del Nagoya Oceans atendió a todos sin sudar.
Vea fotos:
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