Animal, de 39.000 años de antigüedad, fue encontrado en Siberia
Javier Picazo Feliú / EFE
Tras descubrirse en Siberia en 2010, Japón exhibió el viernes, por primera vez al público, a la pequeña mamut «Yuka», un ejemplar único, completo y en buen estado de conservación de hace 39.000 años conocido como «el milagro surgido del hielo».
Tumbado dentro de una enorme urna de cristal para aislarlo del exterior, este pequeño animal extinguido, que según los expertos tenía entre 6 y 11 años cuando quedó sepultado, es el protagonista absoluto de la muestra «Yuka: El mamut peludo congelado».
La exposición, que abre sus puertas en el centro Pacifico de Yokohama hasta el próximo 16 de septiembre, repasa también a través de huesos, colmillos o esqueletos, la historia de estos animales, su parentesco con los elefantes y la excepcionalidad del descubrimiento de «Yuka».
«Lo normal es encontrarse huesos, pero en este caso es la primera vez que se encuentra un mamut completo, se trata de algo increíble, muy importante para la arqueología», detalló a Efe el profesor Akira Ono, experto paleontólogo y uno de los organizadores de la muestra.
El arqueólogo nipón aún recuerda con emoción el momento en el que vio por primera vez a la pequeña «Yuka» y quedó maravillado por su estado casi perfecto de conservación, al contar con todas las extremidades, el cuerpo, la trompa, la cola e incluso el color del pelaje.
«Fuimos a Siberia, era diciembre y había 43 grados bajo cero, pero a pesar del frío todo fue muy emocionante, porque no solo estaba ‘Yuka’, sino buenos materiales óseos y un espécimen de un rinoceronte lanoso en muy buen estado de conservación», datado de hace 19.500 años y que también se encuentra en la muestra, detalló.
Tanto «Yuka», que se cree cayó en una grieta antes de quedar atrapada por el hielo, como los demás restos se encontraron en la república siberiana de Yakutia en verano de 2010, y llegaron desde Vladivostok al puerto de nipón de Tottori a principios de semana para pasar las inspecciones pertinentes.
Idónea para el público infantil, al contar con dibujos, juegos interactivos y gran cantidad de maquetas, la exposición presenta también hasta 100 extractos de restos de mamut, esqueletos de otros animales extinguidos y una reproducción de una vivienda prehistórica construida con pieles y huesos de estos animales.
«Hemos querido reconstruir el mundo en el que vivieron los mamuts, tanto las herramientas, como las armas o los utensilios creados por los humanos a partir de estos animales», añadió Ono.
El buen estado de conservación de «Yuka» ha servido además para que científicos de la Universidad de Kinki (Osaka) hayan encontrado restos de tejidos no dañados que podrían servir para reproducir células de la pequeña mamut de cara a clonar este animal tras fecundar un óvulo de elefante.
También la calidad del material extraído de la piel, el músculo e incluso la médula de «Yuka» ha dado un vuelco a este proyecto que, según los organizadores, esperan pueda completarse en el futuro.
«No soy experto, soy arqueólogo, aunque sé que quieren clonar a ‘Yuka’ a través de sus tejidos. De momento permanezco expectante aunque soy algo escéptico», dijo Ono, a pesar de que confesó que ver de nuevo en pie a estos animales «sería maravilloso».
A la entrada del recinto, un realista robot de «Yuka», capaz de moverse y gruñir, da la bienvenida a la exposición, cuya entrada cuesta 2.200 yenes (17 euros) para los adultos y 1.200 yenes (9,3 euros) para los estudiantes.
El colofón de la muestra es la tienda de recuerdos, característica de este tipo de exposiciones, que ofrece todo tipo de productos personalizados con el afamado mamut, desde camisetas, peluches o helados, hasta colgantes hechos de marfil.