Expertos no creen que haya relación directa con el accidente nuclear
Un estudio médico en desarrollo sobre el impacto de la radiación en los residentes de Fukushima desvela un aumento en los casos de menores a los que se les ha diagnosticado o presentan síntomas de padecer cáncer de tiroides, informó hoy la agencia de noticias Kyodo.
El estudio, realizado tras analizar a 174.000 jóvenes menores de 18 años que viven en la provincia de Fukushima, en la que se encuentra la maltrecha central de Daiichi, ha detectado hasta 12 casos de menores a los que se les ha diagnosticado la enfermedad y otros 15 sospechosos de padecerla.
Esas cifras son superiores a las de otros estudios realizados en 2011, cuando se analizó a 40.000 menores de la provincia de los que 7 fueron diagnosticados con cáncer de tiroides, y en 2012, cuando el análisis de 134.000 menores confirmó cinco casos.
Además, los datos actualizados muestran un incremento de tres casos con respecto al chequeo anterior realizado en febrero y hasta siete casos más en los que se sospecha que pueda desarrollarse la enfermedad.
No obstante, expertos de la Universidad de Medicina de Fukushima, que participan en el estudio, han confirmado a la agencia nipona que no creen que los casos puedan relacionarse directamente con el accidente nuclear de Fukushima al haber transcurrido apenas 2 años desde que se produjera la crisis atómica.
En este sentido, tras el accidente nuclear de Chernóbil en 1986, el peor de la historia, se confirmaron cerca de 6.000 casos de cáncer de tiroides en menores que aparecieron unos cuatro o cinco años después de la catástrofe y estuvieron atribuidos en su mayoría al consumo de leche contaminada.
Desde el accidente en Fukushima, provocado tras el devastador tsunami de marzo de 2011, la provincia ha realizado chequeos médicos en 360.000 menores de edad.
«Tenemos que analizar con cuidado los datos», aseguró a Kyodo un portavoz del departamento de salud del Ministerio nipón de Medio Ambiente, que consideró que «es complicado evaluar los datos» al no existir un precedente en este tipo de controles.
Mientras, a finales de mayo la ONU presentó un informe preliminar elaborado por su Comité Científico sobre los Efectos de la Radiación Atómica (Unscear) en el que desvelan niveles muy inferiores de radiación con respecto a Chernóbil.
Además, el informe revela que el Comité no espera un aumento de casos de cáncer por el accidente de Fukushima, sobre todo debido a la rápida y masiva evacuación de la población tras producirse la catástrofe, lo que redujo, según sus cálculos, hasta diez veces las posibilidades de que incremente esta enfermedad.
No obstante, la Unscear alertó de la necesidad de controlar la contaminación por yodo, una sustancia especialmente peligrosa para los niños y que puede causar este cáncer de tiroides. (EFE)