14 países de la región participan en la mayor feria agroalimentaria de Asia
Javier Picazo Feliú / EFE
Chocolates con aguaymanto peruano, jícama mexicana o flan de quinua boliviano, son algunas de las propuesta con las que Latinoamérica ha reinventado sus productos étnicos para conquistar el delicado paladar nipón en Foodex, la mayor feria agroalimentaria de Asia.
La gran cita gastronómica tokiota, por la que se espera pasen 75.000 representantes de empresas hasta su clausura el próximo viernes, acoge en esta 38 edición a más de 2.500 empresas de 66 países, entre ellos 14 países latinoamericanos.
Perú, cuyo acuerdo de asociación económica con Japón (AAE) entró en vigor en 2012, llegó a la cita para iniciar la exportación de congelados de productos étnicos peruanos, entre ellos el ají amarillo, el capsicum, las papas o la fruta, informó a Efe Giuliano Castagnetto, responsable del espacio del país andino.
Como acostumbra, Perú, cuya comunidad japonesa es una de las mayores de América Latina, convirtió en una fiesta su presencia en la feria con degustaciones de guisos tradicionales como el ají de gallina o la carapulcra, regados con cerveza cuzqueña.
Por su parte, el enorme espacio de México congregó al mayor número de nipones atraídos por la música de mariachis y la llamativa pasarela de moda de la empresa cárnica Sukarne, que quiso sorprender con un desfile de modelos al calor de una parrilla de carne.
Con la presencia de más de 70 empresas mexicanas, «se trata de una gran oportunidad de crecer y expandir el comercio con Japón, que se ha convertido en el segundo país que compra bienes alimentarios a México», aseguró a Efe Arturo Osornio Sánchez, subsecretario de Desarrollo Rural del país centroamericano.
Como en otras ediciones, los productos estrella fueron la carne de cerdo, el aguacate o el atún de Baja California, aunque destacó la sencillez de la debutante jícama, «similar al nabo aunque más crujiente, dulce y muy adaptable al mercado nipón», detalló Octavio Zamora, responsable de Jicmar, empresa exportadora.
Los productos tradicionales, junto con los orgánicos ofrecen a México «una oportunidad mayor de negocio, al contar con climas que no se dan en Japón», además sus empresas cuentan con el apoyo de las instituciones mexicanas, al verse favorecidas por una «visión de Gobierno facilitador», añadió Osornio.
En 2012, las exportaciones de bienes agroalimentarios de México a Japón se incrementaron un 11,2 por ciento, una cifra positiva que invita a «seguir creciendo», añadió el subsecretario.
Por su parte, Ecuador acudió a Foodex con un espacio tres veces mayor que el de 2012, animado por el aumento del 13 por ciento de sus exportaciones con Japón y con la presencia de siete empresas con productos como el chocolate, las frutas deshidratadas o los jugos de fruta.
Argentina optó por sus premiados vinos, frutos secos y delicada sal de la Patagonia, mientas que la vecina Uruguay sorprendió con cremas de queso de salmón y Ciboulette.
A ritmo de salsa, República Dominicana trajo café, guacamole y ron dominicano envejecido y mezclado con coco, piña, caramelo o toronja: «más suave para el paladar japonés y perfecto para maridarlo con sushi o sashimi (pescado crudo típico japonés)», aseguró a Efe Emmanuel García, responsable de Cofresi.
El gran espacio brasileño mostró productos como carne enlatada, palmito para ensaladas o las tradicionales bebidas de guaraná y própolis de abeja, mientras Chile apostó por las algas marinas deshidratadas y el aceite de oliva de Los Andes.
Mientras, Honduras brindó con chocolate caliente, Bolivia innovó con sal rosada y pudin, flan o masa de pizza de quinua, y Colombia recuperó el aroma de su reconocido café, su producto estrella en el archipiélago nipón.