Denunciados pertenecen a una banda de rock de extrema derecha
Un grupo de ancianas surcoreanas forzadas por el Ejército de Japón a prestar servicios sexuales a sus soldados durante la II Guerra Mundial demandó a una banda nipona de rock de extrema derecha por referirse a ellas como prostitutas.
Ocho mujeres presentaron una demanda en la Oficina de la Fiscalía del Distrito Central de Seúl contra el grupo musical japonés «Scramble» (en inglés barullo, tumulto) por los delitos, entre otros, de difamación y amenazas, informó la agencia surcoreana Yonhap.
La banda de rock poco conocida en Japón y de carácter extremista publicó un vídeo musical en el que atribuyó tal calificativo a estas ex esclavas sexuales, llamadas eufemísticamente «mujeres de confort», y deseó su muerte.
Los soldados japoneses «me forzaron a la esclavitud sexual cuando tenía 14 o 15 años y estoy enfadada con ellos por no reconocer que cometieron un delito», lamentó una de las denunciantes, Park Ok-sun, en declaraciones recogidas por Yonhap.
Un CD de la banda y un listado de las letras de las canciones traducidas al coreano se entregaron a un refugio para ex esclavas sexuales en Gwangju, al sur de Seúl, el pasado jueves, un día antes del aniversario del significativo Movimiento Independentista del 1 de Marzo surcoreano contra la colonización japonesa.
Poca información ha trascendido sobre el grupo «Scramble», excepto que su audiencia se limita a sectores minoritarios de extrema derecha de Japón.
Además, las denunciantes aseguran que participó en un evento organizado por un activista de extrema derecha japonés procesado en Corea del Sur por presuntamente expresar su nacionalismo a través de actos vandálicos.
Se calcula que hasta 200.000 mujeres de países ocupados por Japón, más de la mitad coreanas, fueron forzadas durante la II Guerra Mundial (1939-45) a prestar servicios sexuales a soldados nipones en burdeles militares.
En los últimos años Corea del Sur ha presionado a Japón para que presente sus disculpas y otorgue una compensación a las víctimas coreanas, pero el Gobierno del país vecino se ha negado al considerar que el asunto quedó cerrado en 1965 con un tratado que normalizó los lazos bilaterales.
Tokio, que hasta 1993 no reconoció las prácticas de esclavitud sexual durante la colonización, promovió un fondo en 1995 para dar indemnizaciones de donantes privados a las víctimas, iniciativa considerada insuficiente por las afectadas.
Muchas de aquellas mujeres ya han fallecido y las que sobreviven son de avanzada edad. (EFE)
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