Piden mayor seguridad para trabajadores en países de alto riesgo
Ira y consternación expresaron empleados de la compañía japonesa JGC, así como parientes y amigos, por la muerte de siete japoneses en Argelia, donde un grupo terrorista secuestró una planta de gas. Los fallecidos trabajaban para JGC.
Un empleado de la firma nipona confesó a la agencia Kyodo su temor de ser enviado nuevamente al extranjero. Él ha trabajado en varios países y recalcó que asegurar la integridad física de los japoneses en zonas tan riesgosas como Argelia constituye un gran reto.
Otro trabajador dijo que JCG debió tomar precauciones después de que Francia apoyara al gobierno de Mali para combatir a grupos radicales islámicos. Los terroristas que tomaron la planta de gas argelina actuaron en represalia por la intervención francesa. “Espero que la compañía tome más medidas para garantizar la seguridad de sus empleados”, agregó.
Extrabajadores de JGC también manifestaron su pesar por lo ocurrido.
«Los ingenieros no hicieron nada malo. Odio al grupo terrorista», declaró un jubilado que participó en la construcción de la planta en Argelia. «Es lamentable que hayan estado involucrados en el incidente», añadió.
Un profesor de escuela de uno de los desaparecidos dijo que es “inaceptable” tomar la vida de alguien de esa manera.
También hubo críticas al gobierno de Argelia por rescatar a sangre y fuego la planta sin avisar a los países cuyos ciudadanos figuraban entre los rehenes.
Por su parte, un hombre que sería pariente de uno de los desaparecidos, dijo que le costaba digerir lo ocurrido en Argelia, que calificó de “surrealista”.