Pekín considera que Tokio se ha inmiscuido en sus asuntos internos
China condenó el apoyo de Japón al Dalái Lama, quien durante su visita al país nipón ha pronunciado varios discursos en los que insta a Pekín a investigar los nueve casos de tibetanos que se han prendido fuego la última semana en el país en forma de protesta.
La República Popular lo ha percibido como una intromisión de Tokio en sus asuntos internos.
«El apoyo descarado de las fuerzas de la derecha japonesa a las actividades separatistas contra China del Dalái Lama es una violación de los asuntos internos de China», sentenció en su rueda de prensa diaria el portavoz chino del Ministerio de Asuntos Exteriores, Hong Lei.
El líder espiritual de los tibetanos, el Dalái Lama, llegó hace diez días a Japón, en su décimo octavo viaje a este país, para una visita en la que imparte varias conferencias en diversas ciudades del país y participa en dos simposios en Tokio.
Preguntado por las recientes declaraciones del Dalái Lama, en las que pidió a China que investigara los sucesos ocurridos estos últimos siete días en el país asiático, Hong se limitó a expresar el descontento de China con el Gobierno nipón.
«Nos oponemos firmemente al apoyo de cualquier país o persona a las actividades separatistas contra China del Dalái Lama», señaló el portavoz chino.
Hong describió al líder espiritual como un «exiliado político que siempre ha participado en actividades separatistas anti-China bajo la excusa de la religión».
En opinión de China, los casos de inmolaciones están instigados por grupos tibetanos en el exilio ligados al Dalái Lama.
«La actitud del Gobierno japonés hacia las actividades del Dalái Lama y los derechistas nipones se desvían de los principios y del espíritu de las relaciones estratégicas sino-japonesas», mantuvo Hong.
China vive una oleada de protestas de tibetanos que se prenden fuego para manifestarse contra «la opresión del Gobierno chino» y en favor del «retorno» de su líder espiritual, el Dalái Lama (exiliado en la India), en un momento en el que el país ha iniciado un proceso de transición política con el XVIII Congreso del Partido Comunista, inaugurado el jueves, día 8.
Entre ese día y el anterior hasta seis tibetanos -entre ellos, cuatro adolescentes y una joven madre- se prendieron fuego en distintas regiones de China con población tibetana.
Tras ellos, otros tres jóvenes tibetanos, de 18 y 24 años, también decidieron quemarse vivos en forma de protesta, uno el sábado y otros dos este lunes.
Al menos cinco de ellos han fallecido y, según el recuento de organizaciones tibetanas en el exilio, el número de muertos en estos actos podría haber llegado ya a las 70 en los últimos dos años.
Los seis intentos de inmolación en menos de 48 horas registrados la semana pasada motivaron que miles de personas salieran a la calle a protestar contra Pekín, según Phayul y la organización no gubernamental «Free Tibet».
El objetivo de las protestas, que duraron varios días -y que se desconoce si aún continúan-, es mandar «un fuerte mensaje» al Partido Comunista, en el marco de la celebración de su XVIII congreso, según indican grupos tibetanos en el exilio.
China considera a Tíbet parte del país desde hace siglos, por uniones dinásticas y conquistas en la época imperial, si bien para los tibetanos en el exilio el «Techo del Mundo» era virtualmente independiente hasta que fue ocupado por el Ejército comunista a principios de la década de los 50 del siglo pasado. (EFE)