Militar involucrado pertenece a la base de Kadena
El Gobierno de Japón condenó hoy el presunto allanamiento de una vivienda en Okinawa (sur) que hizo esta madrugada un soldado de las tropas estadounidenses, a las que se impuso el toque de queda en octubre tras una supuesta violación de una mujer perpetrada por otros dos militares.
Según fuentes policiales, el militar, de 24 años y perteneciente al regimiento de las Fuerzas Aéreas estadounidense localizadas en la base militar de Kadena (Okinawa), se emborrachó durante la noche y entró en una vivienda de un tercer piso desde donde acabó saltando por la ventana, lo que supuso su hospitalización.
El Ejército de EEUU impuso el toque de queda nocturno a sus efectivos estacionados en el archipiélago para evitar la repetición de casos como la presunta violación de una mujer por dos miembros de la Marina, en octubre, acto enérgicamente condenado por las autoridades japonesas.
Hoy el ministro de Exteriores, Koichiro Gemba, calificó de «denigrante» el nuevo suceso y anunció que Japón pedirá una reunión de «alto nivel» con EEUU para discutir el último caso del soldado, uno de los cerca de 48.000 que se encuentran en las numerosas bases estadounidenses de este país.
El ministro de Defensa, Satoshi Morimoto, definió la actuación del soldado como «inexcusable», en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo, que añadió que EEUU ha pedido ya disculpas por lo sucedido.
Del contingente estadounidense en Japón, el 75 por ciento está desplegado en la isla de Okinawa, cuya población lleva años protestando por los riesgos para la seguridad ciudadana que implica la cercanía de bases aéreas en zonas muy pobladas y por los crímenes cometidos por miembros de las Fuerzas Armadas de EEUU en la región.
El crimen más grave cometido hasta la fecha por militares estadounidenses en Japón se produjo en 1995, cuando tres soldados de una base de Okinawa secuestraron y violaron a una niña de 12 años. (EFE)