Continente asiático alberga más de la mitad de las megaciudades del mundo
Gaspar Ruiz-Canela / EFE
El auge urbanístico en Asia, que alberga más de la mitad de las megaciudades del mundo, plantea serios problemas medioambientales contra los que es preciso actuar con rapidez, advierte un informe del Banco Asiático de Desarrollo (BAD).
«Asia ha experimentado un rápido crecimiento urbanístico que ha venido acompañado de una inmensa presión en el medio ambiente», indicó el economista jefe del BAD, Changyong Rhee, en el acto de presentación del estudio que tuvo lugar en Bangkok.
Los cortes de luz que afectaron a la mitad norte de India y las inundaciones que paralizaron el año pasado Tailandia y anegado este mes Manila, especialmente los suburbios de chabolas de la capital filipina, han evidenciado los excesos de un desarrollo sin orden y con infraestructuras deficientes.
«El desafío ahora es aprobar políticas que pongan freno a esta tendencia y faciliten el desarrollo de la tecnología verde y una urbanización verde», apuntó Rhee.
Según el informe, Asia alberga ahora 12 de las 23 megaciudades del mundo (con más de 10 millones de habitantes), mientras que en 2025 estarán en este continente casi dos tercios con 21 de las 37 que habrá por entonces en el globo.
La región acapara casi la mitad de las ciudades con mayor densidad del mundo, con las asiáticas Bombay, Calcuta y Karachi a la cabeza, mientras que las no asiáticas incluyen a Lagos, Bogotá o Lima.
Cuando en Europa el éxodo rural a las ciudades se produjo en un proceso de 150 años y en Latinoamérica en 210, China ha pasado de tener del 10 al 50 por ciento de su población en las ciudades en apenas seis décadas.
Además, en los próximos 30 años, otros 1.100 millones de personas se mudarán a las ciudades de Asia, lo que puede elevar las emisiones de CO2 a 10,2 millones de toneladas métricas en 2050, con «desastrosas» consecuencias para la región y el mundo, según el estudio del BAD.
A menos que se ponga remedio, 400 millones de personas correrán peligro de inundaciones marinas y otros 350 millones de inundaciones interiores en las urbes asiáticas en la próxima década.
La envidiable industrialización china ha elevado hasta niveles preocupantes la contaminación del aire y del agua, mientras que en India un déficit de energía provocó el mes pasado un apagón que dejó sin luz al norte del país durante dos días.
El año anterior, Tailandia sufrió las inundaciones más graves de su historia y que provocaron la paralización de la industria durante meses y varios cientos de muertos.
Bangkok, una metrópoli de unos 10 millones de habitantes, se hunde por el peso urbanístico sobre su suelo arcilloso y la subida del nivel del mar, lo que no ha frenado la construcción desaforada de rascacielos de viviendas y oficinas.
La proliferación del chabolismo en países como Filipinas o Bangladesh incentiva los efectos de los desastres naturales causados por los tifones e inundaciones que se repiten en la época de los monzones.
Los expertos del banco asiático piden más iniciativas de tecnología ecológica en los planes de desarrollo, con ejemplos como las plantas energéticas a partir de residuos implantadas en Filipinas o la promoción de los coches ecológicos en Tailandia.