El nadador estadounidense y el tenista suizo brillan en los Juegos Olímpicos
Javier Muñoz / EFE
Michael Phelps y Roger Federer, los más grandes en natación y tenis de la historia, siguen tocados por la magia reservada solo a unos pocos elegidos.
Londres, como antes hicieron Atenas y Pekín, finalmente se ha rendido al nadador de Baltimore, que el viernes disputó la última prueba individual de su vida olímpica y, naturalmente, ganó los 100 mariposa con lo que ya acumula 21 metales y de ellos 17 de oro, un hito que tardará decenios en superarse.
A buen seguro no será el último podio de Phelps en la capital británica, ya que el sábado se despide de la natación con el colofón del relevo 4×100 estilos en el que Estados Unidos opta a un nuevo oro.
La madre del más grande campeón olímpico de todos los tiempos estaba en las gradas y no pudo reprimir las lágrimas al ver cómo su hijo protagonizaba otra gesta imborrable en la piscina.
El suizo Roger Federer, que el próximo miércoles cumplirá 31 años, ha renacido para recuperar el número uno del mundo y tras ganar hace tres semanas Wimbledon volverá a disputar la final del tenis olímpico en el mismo escenario y ante el mismo rival, el ídolo local Andy Murray.
Federer superó el viernes en un partido épico al argentino Juan Martín del Potro por 3-6, 7-6(5) y 19-17, nuevo récord de duración en los Juegos con cuatro horas y 26 minutos.
Murray, por su parte, llevó al delirio a sus compatriotas al vencer al serbio Novak Djokovic por 7-5 y 7-5.
La lucha por el oro femenino de tenis será igualmente muy atractiva entre la rusa Maria Sharapova y la estadounidense Serena Williams, que superaron respectivamente a la también rusa Maria Kirilenko y a la bielorrusa Victoria Azarenka, número uno del mundo pero el viernes que solo se anotó tres juegos (6-1 y 6-2). (EFE)