Un profesor norteamericano fue el primero en recibir la nueva tarjeta
Japón puso en marcha el lunes un nuevo sistema de registro de extranjeros, que busca unificar operaciones administrativas que antes estaban divididas entre el gobierno nacional y las autoridades locales, informó la agencia Kyodo.
Los extranjeros comenzaron a visitar las oficinas de inmigración en todo el país para recibir sus nuevas tarjetas de residencia. El lunes en la mañana, al inicio de la jornada laboral, ya había cerca de 100 extranjeros en la Oficina de Inmigración de Tokio.
Carlos Shaw, un profesor norteamericano que aterrizó en Japón para enseñar inglés en escuelas de la prefectura de Yamagata, fue el primer extranjero en recibir la nueva tarjeta, reveló Mainichi Shimbun.
Bajo el antiguo sistema, las municipalidades expedían los certificados de residencia. Según el gobierno central, debido a la falta de coordinación entre el Ministerio de Justicia y los gobiernos locales, se entregaban tarjetas de residencia a extranjeros que permanecían ilegalmente en el país.
Con el nuevo sistema en funcionamiento, el gobierno central ambiciona llevar un control más eficiente de las cosas, resaltó la NHK.
Los residentes extranjeros podrán ahora permanecer en Japón durante un máximo de 5 años antes de necesitar una renovación de su visa, en lugar de los anteriores 3.
Asimismo, los permisos de reingreso ya no serán necesarios siempre y cuando retornen a Japón un año antes de haber salido.
Por otro lado, estarán obligados a informar de sus nuevas direcciones a las autoridades cada vez que se muden. Al igual que los japoneses, estarán incluidos en el sistema nacional de registro de residencia.
Si los extranjeros no informan de su traslado domiciliario en un plazo de 14 días pueden recibir una multa de hasta 200.000 yenes. Si no lo hacen en el transcurso de los 90 días posteriores a su mudanza, su estatus de residente podría ser revocado.
A pesar de que el Ministerio de Justicia sostiene que el nuevo registro favorece a los extranjeros al ampliar su periodo de permanencia sin necesidad de renovar su visa de 3 a 5 años, ciertos sectores, partidarios de la presencia foránea en Japón, lo critican al considerar que impone un mayor control a los extranjeros, priva a los ilegales de recibir atención médica, entre otros servicios, y atenta contra el propósito de crear una sociedad multicultural, subrayó Kyodo.