Los políticos en Tokio no piensan en la población afectada por el desastre, afirman
La aprobación del aumento del impuesto al consumo en la Cámara Baja está siendo acremente criticada por el sector de la población japonesa más vulnerable: los damnificados por el triple desastre de marzo de 2011.
Mainichi Shimbun recogió el malestar de sobrevivientes de la ciudad de Yamada, situada en la prefectura de Iwate.
«El aumento del impuesto puede no ser un problema para la gente que tiene dinero, pero para aquellos que lo perdieron todo debido al tsunami se trata de un tema importante», dice Yoshimitsu Fujiwara, propietario de un pequeño negocio pesquero. «Incluso si el costo de los artículos se incrementa en solo 10 o 20 yenes, la gente que antes podía comprar dos cosas, ahora solo podrá comprar uno», añade con preocupación el comerciante.
Fujiwara perdió su tienda en el tsunami, pero este mes pudo volver a abrirla en una instalación temporal. Por las noches, Fujiwara recorre en un camión el complejo de viviendas acondicionadas para los sobrevivientes, a quienes entrega pescados y otros productos.
«Los políticos en Tokio se centran sólo en las cuestiones relativas a sus propios partidos», dice Fujiwara, en referencia a las disputas internas que amenazan con fracturar al gobernante Partido Democrático de Japón por la reforma fiscal. «Ellos no están preocupados por las zonas afectadas por el desastre», subraya.
Makiko, la esposa de Fujiwara, está de acuerdo con él. Para ella, si el gobierno desea elevar el impuesto al consumo, la medida debería afectar solo a los artículos de lujo, no a los productos de necesidad cotidiana.
Una clienta de Fujiwara, una mujer de 63 años que quedó desempleada tras el tsunami, también se queja de los políticos: “Quiero que esos políticos que quieren aumentar los impuestos vengan y vean cómo estamos viviendo”. ¿La escucharán?