Ni el tácito reconocimiento de su inocencia por el Tribunal Superior de Tokio ni la orden de deportación que fue dictada casi inmediatamente sorprendieron al nepalí, Govinda Prasad Mainali (45), que pasó 15 años en la cárcel injustamente sentenciado por el asesinato de una mujer japonesa ocurrido en 1997.
«Soy inocente, por eso creía sin duda alguna que iba a conseguir un buen resultado. No me sorprendió la decisión del tribunal», afirmó Mainali al diario Yomiuri.
“Quince años de cárcel han sido agonizantes”, se lamentó, pero al mismo tiempo expresó su alegría de poder volver a su país.
El 11 de junio, las autoridades de inmigración ordenaron la deportación del nepalí, tras ser liberado de una condena a de cárcel indefinida por el Tribunal Superior que dictó nuevo juicio contra él.
Al cierre de esta edición, el hombre ya tenía el billete de avión en la mano y se disponía a salir de Japón.
En el año 2000, Mainali fue absuelto en un fallo de la corte de distrito de Tokio, pero el Alto Tribunal anuló la absolución y en 2003 lo condenó a cárcel indefinida.
En 2005, Mainali presentó una solicitud de nuevo juicio y el 7 de junio de este año el tribunal aceptó y ordenó la suspensión de su condena. Como al principio había sido condenado por violar la Ley de Control de Inmigración por residencia ilegal en Japón, la Oficina de Inmigración ordenó su deportación.