Actualmente se encuentra suspendido y no se sabe si reanudará sus operaciones
El reactor número 1 de la central de Tsuruga (centro de Japón), el más antiguo del país, cumplió hoy 42 años en mitad del debate nuclear tras la crisis atómica aún abierta en la planta de Fukushima, y de la que el domingo se cumplió un año.
El reactor, operado por Japan Atomic Power, comenzó su actividad el 14 de marzo de 1970 para distribuir electricidad a gran parte del oeste del país, y permanece detenido desde el 26 de enero de 2011, cuando se detuvo para pasar una revisión rutinaria y se mantuvo tras el accidente en Fukushima Daiichi.
Actualmente, están detenidos por seguridad o revisiones rutinarias 52 de los 54 reactores atómicos de Japón, que para poder reanudar su actividad tienen que pasar unas pruebas de resistencia impuestas por el Gobierno y obtener el visto bueno de las administraciones locales.
Tras las pruebas realizadas en la planta de Tsuruga se han detectado fallos que generan preocupaciones ante un eventual terremoto de más de 7 grados en la escala abierta de Richter, con lo que se desconoce aún si podrá reanudar su actividad.
Además, a finales de enero el Gobierno nipón aprobó un proyecto de ley para limitar la vida de sus centrales nucleares a 40 años, con prórrogas excepcionales por 20 años, para reforzar la seguridad tras el accidente en Fukushima.
No obstante, el alcalde de Tsuruga, Kazuharu Kawase, afirmó, en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo, que el reactor de la central debe reanudar su actividad una vez se confirme su seguridad, ya que la propuesta del Gobierno de limitar la vida de las plantas es «lógicamente inválida».
El cierre paulatino de los reactores en Japón, un país que antes de la crisis de Fukushima, la peor desde Chernóbil, dependía en cerca de un 30 por ciento de la energía nuclear, complica el problema del suministro energético.
Actualmente, el Gobierno tiene el compromiso de reducir la dependencia nuclear del país, para lo que ha multiplicado los llamamientos para un consumo responsable y la búsqueda de fuentes alternativas de electricidad, ante el incremento del gasto en la importación de hidrocarburos.
De los 54 reactores de uso comercial de Japón, hay tres que ya tienen al menos 40 años (entre ellos el número 1 de la accidentada planta de Fukushima) y otros muchos están a punto de alcanzar esa cifra. (EFE)
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