Termómetro marcó 91 grados, por encima de los 80 recomendables
La operadora de la central de Fukushima, TEPCO, indicó hoy que ha estrechado la vigilancia sobre el reactor 2 de la planta después de que uno de sus termómetros marcó 91 grados centígrados, aunque advirtió de que hay una «alta probabilidad» de que esa lectura sea defectuosa.
En la última semana, uno de los tres aparatos colocados en la base de la vasija de presión de esa unidad ha marcado temperaturas en continuo ascenso, pese a que la inyección de agua para refrigerarlo se ha intensificado, informó hoy un portavoz de TEPCO en rueda de prensa.
Según ese termómetro, a las 10.00 hora local (01.00 GMT) de hoy la temperatura del reactor era de 91,2 grados centígrados, por encima de los 82 grados detectados ayer, que llevaron a TEPCO a aumentar el volumen de agua y preparar una inyección de ácido bórico para evitar eventuales reacciones de fisión.
Para considerarse en estado de «parada fría», la base de la vasija de presión del reactor debe mantenerse a menos de 100 grados, aunque 80 grados es el límite recomendable en vista del margen de error de los termómetros.
A pesar de esa lectura, los otros dos termómetros colocados en la base de la vasija del reactor marcan temperaturas cercanas a los 33 grados, por debajo de los 35 de la víspera.
Por eso, la posibilidad de que el tercer termómetro presente alguna irregularidad «es alta», insistió el portavoz.
Como medida de prevención, el flujo de agua para refrigerar el reactor se ha incrementado hasta 17,4 toneladas por hora, tres toneladas más de las que se vertían la víspera.
El representante de TEPCO añadió que no hay ningún indicio de que se estén produciendo reacciones sostenidas en el interior de la unidad, ya que no se ha detectado la presencia de xenón, gas que podría indicar un proceso de fisión nuclear.
Tampoco se han detectado cambios en otros componentes antes y después de la subida de temperatura marcada por el termómetro, por lo que TEPCO «continúa vigilando de cerca» la situación.
Los reactores 1, 2 y 3 de la central de Fukushima Daiichi sufrieron la fusión de sus núcleos después de que sus sistemas de refrigeración quedaran paralizados por el tsunami que arrasó el noreste nipón el 11 de marzo del año pasado.
Aunque en diciembre el Gobierno confirmó que los reactores alcanzaron el estado de «parada fría» y las emisiones de radiactividad se han reducido de forma sustancial, aún se mantiene una zona de exclusión en un radio de 20 kilómetros en torno a la planta. (EFE)
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