Gobierno debe aplicar medidas efectivas para estimular la natalidad, afirman analistas
Dos de cada cinco japoneses serán mayores de 65 años para el año 2060, según un estudio oficial difundido hoy que augura un difícil futuro para el sistema de seguridad social de la tercera economía mundial.
Según un informe quinquenal del Instituto Nacional de Población y Seguridad Social, Japón, el décimo país más poblado del mundo con 128 millones de habitantes, verá cómo su población se reduce un 30 por ciento hasta menos de 87 millones en el próximo medio siglo, ante la baja natalidad y el aumento de la esperanza de vida.
La consecuencia más inmediata será el grave envejecimiento de una sociedad que ya es la más longeva del planeta: para 2060 casi el 40 por ciento de los japoneses tendrá más de 65 años y dependerá, en buena parte, del sistema sanitario y de pensiones del país asiático.
Éste ya sostiene hoy en día el peso de una nación con 29,8 millones de japoneses con más de 65 años, casi un cuarto del total, según datos oficiales.
El mapa demográfico actual contrasta con el de principios de la década de 1960, cuando Japón instauró las bases de su sistema de seguridad social universal en un momento en que los mayores de 65 años representaban menos del 6 por ciento de la población.
Las autoridades niponas comenzaron a fijarse en las consecuencias del acelerado envejecimiento del país en 1994, cuando el número de ancianos superó por primera vez el 14 por ciento de la población total.
En esa misma época, tras el estallido de la burbuja financiera que vivió el Japón de los 80, el número de nacimientos comenzó a caer notablemente hasta que en 2005 la tasa de fertilidad tocó un récord mínimo del 1,26 por ciento.
Un año antes del Gobierno había efectuado un tímido intento de reforma de la ley de pensiones que incrementó las cuotas de cotización y redujo las cantidades a percibir, aunque la medida no fue considerada suficiente para garantizar la supervivencia del sistema.
Las perspectivas del informe presentado hoy confirman la necesidad de lanzar una reforma más amplia, que el Gobierno de Yoshihiko Noda busca iniciar con una subida de impuestos destinada, en parte, a reforzar el sistema de seguridad social y sin la que, según el propio primer ministro, Japón no tiene futuro.
Para los analistas, sin embargo, es necesario que al mismo tiempo la segunda economía de Asia aplique medidas más efectivas para estimular la natalidad: según el estudio difundido hoy, la tasa de fertilidad, que en 2010 era del 1,39 por ciento, comenzará a caer de nuevo en 2014 y tocará el 1,33 por ciento diez años más tarde. (EFE)
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