Gobierno de Japón debe exigir el retorno de las víctimas, afirman
La muerte del líder Kim Jong Il ha provocado reacciones encontradas en los familiares de los japoneses secuestrados por Corea del Norte, reveló Mainichi Shimbun. Por un lado, esperanza de que el nuevo escenario genere oportunidades para su liberación, y miedo de que la desaparición del dictador cree un clima de incertidumbre que complique la situación.
Kim Jong Il admitió en 2002 el secuestro de los japoneses. Dijo que había sido obra de una unidad de operaciones especiales y presentó una disculpa formal. Sin embargo, los parientes de los secuestrados están convencidos de que el extinto líder fue el responsable directo de todo.
Sakie Yokota, madre de Megumi Yokota, secuestrada cuando tenía 13 años en 1977, declaró a la prensa: “Ahora es tiempo de que el gobierno japonés le diga a Corea del Norte ‘tienes que devolver a los secuestrados’”.
Por su parte, Shigeru Yokota, padre de Megumi, le expresó a Mainichi su preocupación de que dada la escasa experiencia de Kim Jong Un (el hijo de Kim Jong Il que ha asumido el poder) se produzcan desórdenes en Corea del Norte. Para Yokota, han aumentado las posibilidades de que las víctimas retornen a casa, pero también los peligros.
“Yo sólo quiero ver a mi hija sana y feliz tan pronto como pueda», enfatizó.
En el mismo sentido se pronunció Shigeo Iizuka, cuya hermana Yaeko Taguchi fue secuestrada en 1978. Iizuka indicó que alberga simultáneamente esperanza y preocupación ante la desaparición del dictador comunista.
Lo ocurrido en Corea del Norte es “una oportunidad para nosotros. El nuevo líder podría decidir devolver a los secuestrados pensando que eso podría beneficiar a su país», manifestó. No obstante, por otro lado, «si estalla el caos y el sucesor no puede mantener el control, tenemos miedo de que sea más difícil que vuelvan los secuestrados».
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