Tragedias refuerzan los vínculos humanos, pero no motivan a la gente a casarse
Toda tragedia recuerda a la gente la importancia de los vínculos humanos. Por ello, se creía que tras la catástrofe de marzo muchas parejas en Japón reforzarían sus lazos uniéndose en matrimonio.
Sin embargo, eso no ha sucedido. ¿Por qué? Probablemente porque –afirma el diario Nikkei– pensar en casarse y hacerlo realmente son dos cosas diferentes.
Las cifras no mienten. El número de personas que se han casado ha descendido entre abril y setiembre con respecto al mismo periodo del año pasado. Solo hubo un incremento en abril y julio.
A lo largo del mencionado semestre, según el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, se casaron 322.369 parejas, 4.666 menos que el año pasado y 22.268 menos que hace dos años.
Aparentemente, el número de personas que piensa seriamente en casarse tras el desastre de marzo ha crecido. Por ejemplo, la agencia con fines matrimoniales Zwei ha registrado un incremento mensual de un 20 a 30 por ciento en su número de afiliados con respecto al año pasado.
No obstante, ello no se ha traducido en un aumento en el número de parejas que buscan un sitio para casarse. El empleado de una empresa que opera locales para matrimonios le contó a Nikkei que esperaban un incremento en las reservaciones tras el terremoto, pero –admitió– la realidad indica que incluso será difícil que puedan mantener los niveles del año pasado.
En el mismo sentido, una firma organizadora de bodas reveló que no ha observado un gran importante en su clientela.
Como sostiene Nikkei, una cosa es pensar en casarse y otra llevar la intención al terreno de los hechos.
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