Michael Woodford ratifica en Tokio que lo botaron por cuestionar irregularidades
El ex presidente de Olympus Michael Woodford, cuya destitución destapó un escándalo de adquisiciones irregulares en la multinacional nipona, afirmó haber sido tratado como «una marioneta» antes de ser apartado de sus funciones.
En una multitudinaria rueda de prensa celebrada en Tokio, Woodford, de 51 años, criticó la forma «desconsiderada» en la que fue destituido en una votación del consejo que definió «como de niños en un colegio, todos con sus manos levantadas», y en la que se rechazó tratar el dossier que presentó sobre el escándalo.
Woodford, destituido a finales de octubre, sostiene que fue apartado por cuestionar ciertos pagos relacionados con adquisiciones efectuadas antes de su llegada a la presidencia, tales como la compra de pequeñas empresas y pagos de comisiones.
Después de las acusaciones de su expresidente, la compañía admitió que había encubierto pérdidas en inversiones desde la década de 1990, que se calcula podrían superar los 930 millones de euros, y que posteriormente las había tratado de «maquillar» con aquellas adquisiciones.
El británico detalló que la reunión que mantuvo con la junta directiva de la multinacional, la primera desde que denunció el escándalo, fue «constructiva» y que acordaron que la prioridad ahora es corregir las cuentas de la empresa para poder presentar los resultados del trimestre julio-septiembre antes del 14 de diciembre.
La normativa nipona estableció esa fecha como el plazo máximo de prórroga para que el fabricante presente sus resultados al Ministerio japonés de Finanzas, ya que de lo contrario afrontará su salida forzada del parqué tokiota.
El británico pidió la sustitución de los consejeros del fabricante nipón y expresó su voluntad de regresar como presidente si los accionistas así lo solicitan, aunque afirmó no estar «obsesionado» ni «estar suplicando» su vuelta al consejo.
Por su parte, Olympus aceptó la dimisión del sustituto de Woodford en la presidencia de la multinacional, Tsuyoshi Kikukawa, del vicepresidente ejecutivo, Hisashi Mori, y del auditor corporativo, Hideo Yamada.
Woodford regresó a Japón para reunirse con miembros de la Fiscalía de Tokio, la comisión de vigilancia bursátil y la policía metropolitana de la capital nipona, encargados de investigar el escándalo. (EFE)
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