Ventas en el extranjero sostienen crecimiento de compañía japonesa
Mitsubishi Motors ganó 10.589 millones de yenes (98,5 millones de euros) entre abril y septiembre, primera mitad del año fiscal nipón, frente a la pérdida de 4.933 millones de yenes (45,8 millones de euros) registrada en el mismo semestre de 2010.
El fabricante nipón anunció hoy que su beneficio operativo en estos seis meses fue de 34.200 millones de yenes (unos 318 millones de euros), casi cinco veces más que el del mismo periodo del año pasado, gracias a unas mayores ventas y a la reducción de costes, incluidos los de las materias primas.
Sus ingresos por ventas entre abril y septiembre se incrementaron un 5 por ciento interanual hasta 907.500 millones de yenes (8.436 millones de euros), pese al impacto negativo de la fortaleza del yen.
Este crecimiento estuvo sostenido por la mayor demanda en los mercados emergentes y por la introducción de nuevos modelos, detalló Mitsubishi Motors en un comunicado.
En la primera mitad del ejercicio fiscal el grupo vendió un total de 519.000 vehículos en todo el mundo, lo que supone un 9 por ciento más que en el mismo periodo de 2010.
En Japón las ventas cayeron un 19 por ciento hasta las 72.000 unidades, algo que el fabricante achacó al fin del programa de subsidios estatales a la compra de vehículos ecológicos.
En Europa aumentaron en cambio un 20 por ciento hasta las 117.000 unidades, gracias principalmente al buen comportamiento de mercados como Alemania, Francia e Italia, donde destacaron las ventas del crossover compacto ASX.
En Norteamérica el incremento fue del 41 por ciento, hasta los 61.000 vehículos, impulsado por el éxito en EEUU del modelo Outlander Sport, lanzado en octubre de 2010.
En el resto del mundo Mitsubishi Motors vendió entre abril y septiembre 269.000 vehículos, un 10 por ciento más que al año anterior, gracias a la demanda en el Sudeste Asiático y en América Central y del Sur, especialmente Brasil.
Pese a estos resultados, la compañía destacó que el semestre fue «increíblemente difícil» por los efectos del terremoto de marzo en Japón, la subida «histórica» del yen y la inestabilidad de los mercados financieros.
En este contexto, al que se suman ahora las inundaciones en Tailandia, el grupo decidió revisar a la baja sus previsiones para este año fiscal y estimó que venderá 1,03 millones de vehículos, 43.000 menos de lo pronosticado en junio.
Sin embargo, mantuvo invariable su previsión de beneficio neto, que situó en 20.000 millones de yenes (186 millones de euros). (EFE)
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