Primer ministro afirmó que la crisis nuclear es un “desafío nacional” que determinará el futuro del país
El nuevo primer ministro nipón, Yoshihiko Noda, se comprometió en su primer discurso en el Parlamento a apuntalar la reconstrucción tras la tragedia del pasado 11 de marzo y trazar una estrategia para reactivar la economía.
Noda recordó que busca promulgar un tercer presupuesto extra este año fiscal para financiar la reconstrucción y reiteró su deseo de cerrar la crisis en la central de Fukushima Daichii, para lo que solicitó la colaboración de todos los partidos, informó la agencia local Kyodo.
La crisis nuclear es para Noda «un desafío nacional» que determinará el futuro del país. «Sin el renacimiento de la prefectura de Fukushima, no podremos recuperar la confianza en Japón», dijo.
Noda también se comprometió a crear un equipo de trabajo para fortalecer la estrategia de crecimiento y de rehabilitación fiscal seguida por el Gobierno de su antecesor, el dimitido Naoto Kan, y a tener en cuenta el escenario actual.
Además, reiteró que a medio plazo revisará la dependencia de Japón de la energía nuclear y a corto plazo intentará reactivar los reactores parados, más del 70 por ciento del total.
Noda, el tercer primer ministro más joven en la historia de Japón de la posguerra, sugirió que Tokio debe reconsiderar su política energética para garantizar un suministro estable a empresas y particulares ya que, afirmó, la electricidad es «la verdadera sangre» de la economía y la sociedad.
Por otra parte, el mandatario aseguró que tomará las medidas necesarias para minimizar el lastre que la fortaleza del yen supone para los exportadores nipones.
También expresó su preocupación por la altísima deuda pública, la mayor de entre los países desarrollados y cerca del doble del Producto Interior Bruto.
Para Noda, el país se encuentra «a punto de sufrir una importante pérdida de credibilidad nacional», para lo que hará todos los esfuerzos necesarios para mantener la disciplina fiscal.
Entre las medidas que propone se encuentra vender activos de propiedad estatal y aumentar el impuesto sobre el consumo, actualmente en un 5 por ciento, y que podría llegar al 10 por ciento de manera progresiva. (EFE)
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