El Gobierno de Japón prohibió hoy la distribución de carne vacuna procedente de la provincia de Iwate (noreste) por el temor a la contaminación radiactiva, con lo que son ya tres las regiones en las que ha sido vetada la carne por este motivo.
El portavoz del Gobierno, Yukio Edano, confirmó en una rueda de prensa que el Ejecutivo ha decidido suspender la comercialización de la carne vacuna de Iwate después de que en algunas muestras se haya detectado cesio por encima del nivel permitido.
El 19 de julio las autoridades prohibieron distribuir carne de res de la región de Fukushima, donde se encuentra la central nuclear dañada por el tsunami de marzo, tras comprobar que cientos de vacas habían sido alimentadas con pienso radiactivo.
La prohibición se extendió el pasado jueves a Miyagi, provincia colindante con Fukushima, después de que los análisis revelaran que la carne de al menos seis vacas de esa zona también presentaba niveles de cesio por encima del límite establecido.
Las autoridades sanitarias creen que la contaminación de la carne podría deberse a que los animales han sido alimentados con el pienso cultivado al aire libre que recibió altas dosis de radiactividad al inicio de la crisis nuclear.
De forma paralela, las autoridades de Japón planean hacer exámenes sobre el arroz cultivado en catorce provincias del país para comprobar si presenta contaminación por la radiactividad emitida por la maltrecha planta nuclear.
Los primeros controles podrían efectuarse en Chiba (centro de Japón) esta misma semana, seguidos de exámenes en Tochigi, al norte de Tokio, a mediados de agosto, según la agencia local Kyodo.
Está previsto que los análisis se efectúen sobre los granos de arroz antes y después de su recogida y, en caso de que revelen un nivel de cesio radiactivo por encima del límite de 500 becquereles por kilo, el Gobierno podría prohibir su comercio no solo en la granja afectada, sino en toda la zona.
Unos 50.000 hogares en un radio de 30 kilómetros de la central permanecen evacuados a causa de la radiactividad, mientras el Gobierno ha recomendado a los residentes que abandonen otros puntos de la región donde el nivel anual de radiación podría superar los 20 milisievert anuales.
La operadora de la planta, TEPCO, espera llevar los reactores dañados al estado de «parada fría» para enero de 2012.
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