Japón corre serio riesgo de sufrir una fuerte escasez energética por inactividad de la mayoría de sus centrales
El Gobierno de Japón informó hoy de que efectuará pruebas de resistencia en todos los reactores nucleares del país en dos fases, una primera para las plantas paralizadas tras el 11 de marzo y otra para aquellas actualmente en funcionamiento.
La reapertura de los 35 reactores que permanecen inactivos en el país por precaución o por revisiones rutinarias tras el 11 de marzo se discutirá una vez concluya la primera fase de esas pruebas, detalló el portavoz del Gobierno nipón, Yukio Edano, sin detallar las fechas previstas para ello.
Los controles en los 54 reactores de Japón estarán supervisados por un comité de expertos nucleares y servirán para evaluar su resistencia ante desastres naturales de gran magnitud y calibrar sus puntos débiles.
La segunda fase de las pruebas no se iniciará hasta que no se dé de por concluida la primera y analizará los 22 reactores que en estos momentos se encuentran operativos a lo largo del archipiélago, según Edano, citado por la agencia local Kyodo.
Japón, cuyo suministro energético depende en un 30 por ciento de la fisión nuclear, se podría enfrentar a una situación de seria escasez energética en el caso de que no se restablezcan los reactores de las centrales nucleares que en estos momentos se encuentran paralizados.
Actualmente el país se encuentra sumido en un debate sobre la conveniencia o no de la reapertura de las centrales paralizadas desde el desastre del 11 marzo en Fukushima Daiichi.
Muchos municipios que albergan plantas de energía atómica se oponen a su reactivación hasta que su seguridad no se garantice.
Entre ellos destaca el de Genkai, en la provincia de Saga (sur), que tras haber dado inicialmente su visto bueno a la reactivación de dos reactores decidió el pasado jueves dar marcha atrás ante las dudas sobre la política nuclear del Gobierno.
El anuncio de las pruebas de resistencia la semana pasada, después de que el Ejecutivo hubiera garantizado que las plantas eran seguras, suscitó la desconfianza de muchos municipios y llevó al primer ministro, Naoto Kan, a pedir disculpas por la «confusión» creada. (EFE)
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