Testimonios de sobrevivientes en Miyagi
La zona costera de la ciudad de Yamamoto, situada en la prefectura de Miyagi, alojaba cientos de casas, pero tras el terremoto pocas quedan en pie. Un tramo completo de la carretera costera fue destruido por el tsunami. En los campos de arroz a lo largo de la línea JR Joban, se encuentran vagones de mercancías dispersos.
Un terraplén artificial de seis metros de altura fue arrasado, mientras aguas fangosas corrían dos o tres kilómetros tierra adentro. Al 14 de marzo, se confirmó la muerte de 93 personas y cerca de 1.500 están desaparecidas. Un poco más de 6.000 de los aproximadamente 17.000 habitantes de Yamamoto son ahora refugiados.
Uno de esos refugiados es Shigeyoshi Iwasa, un agricultor de 45 años. Iwasa estaba preparando un cargamento de fresas, cuando oyó por la radio una advertencia sobre el tsunami. De inmediato, corrió a su casa y su familia se separó en tres autos para huir a tierras más altas.
«No podemos vivir más aquí. Pero, ¿a dónde vamos a ir? Se siente como vivir en una pesadilla», le dijo Iwasa a Mainichi Shimbun.
En una escuela preescolar, el tsunami llegó mientras los niños estaban siendo evacuados al techo. De cerca de 20 pequeños, uno murió y seis están desaparecidos.
Sayuri Ito, de 48 años, empleada de una tienda de conveniencia, se vio desbordada por una multitud de clientes que llegaron a su local tras el terremoto. Ito no pudo volver a su casa cerca de la costa para ayudar a su hijo Nobuyuki, de 13 años.
«Escuché que un vecino tomó a mi hijo en su auto, pero no puedo hacer contacto con él ni con ese vecino. Sin embargo, me alegro de que alguien nos haya ayudado. Ese es el lado positivo», dijo Ito. A pesar de hablar con firmeza, sus ojos habían enrojecido profundamente de tanto llorar.
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