Si usted puede probar que ha sufrido violencia doméstica, Inmigración permitirá la renovación de su visa, dice el experto japonés.
Por Takefumi Miyoshi*
PREGUNTA: Soy peruana, no soy descendiente de japoneses. Con mi esposo que es nikkei vivimos en Japón desde hace ocho meses. No tenemos hijos. Desde que mi esposo perdió el trabajo está tan violento que hasta temo por mi vida. Estoy pensando vivir separada, pero ¿qué pasará con la renovación de mi visa?
RESPUESTA: Actualmente la Oficina de Inmigraciçon permite la renovación del estatus de residencia a las víctimas de la violencia doméstica excepcionalmente luego de revisar la realidad de cada caso. No obstante, los documentos oficiales son de mucha importancia para probar los actos de violencia.
¿Usted ha consultado con alguna entidad pública como la Oficina de Asuntos Jurídicos, o Homu Kyoku sobre este asunto? (hay 42 sucursales del Ministerio de Justicia que se encuentran en el edificio del gobierno provincial). Además de estas oficinas, cada municipalidad cuenta con una ventanilla sobre violencia doméstica y hay cerca de 400 oficinas públicas a favor de los derechos humanos que se llama «Jinken Yogo Iin Rengokai» o «Jinken Yogo Iin Kyogikai«.
Cuando Inmigración examina un caso de violencia doméstica, no solo escucha su opinión, también comprueba con certificados médicos si la persona fue golpeada o violada, pide registros de consultas, dónde, cuándo y cuántas veces. Si no tiene ninguno de estos documentos, no es tarde para consultar al médico o a alguna autoridad relacionada para obtenerlos. Es decir, si usted puede probar la violencia, Inmigración permitirá la renovación.
Debe tener en cuenta que su residencia está permitida por la Ley de Inmigración. En su caso, Japón permite la residencia por «ser cónyuge de una persona con estatus de residencia de larga estadía (teijusha), que permite más de un año de residencia, y por ser una persona con buen comportamiento a la vez». Se agrega que esto «excluye a la persona que se divorció durante el periodo de su residencia permitida».
Si usted se divorcia, naturalmente no podrá seguir viviendo en Japón porque no es descendiente de japoneses. Si Inmigración considera su matrimonio como formal y roto, su residencia se limitará «en principio». Puse esto último entre comillas porque usted tiene que pedir a Inmigración que considere que el matrimonio se ha roto debido a la violencia doméstica de su esposo. Luego Inmigración investigará todos los detalles y es posible que llegue a la conclusión de que «la solicitante vive cierta circunstancia que requiere atención y se ve obligada a divorciarse o vivir separada», si es así usted podrá residir en Japón «individualmente» sin contar con su esposo.
*Takefumi Miyoshi trabajó en diversos sectores del gobierno japonés como el Ministerio de Justicia y el Departamento de Inmigración. Es autor de varios libros en portugués relacionados al asunto, entre ellos «Manual da Lei de Imigraçao Japonesa» y «Japao ao seu Alcance». Dirección de su oficina: Tokyo-to, Tama-shi Kaidori 1-3-1-1-503. Consultas en japonés, portugués e inglés al teléfono 042-371-8066. E-mail: joshua-galasha@mvg.biglobe.ne.jp
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