El año pasado, la policía acusó a una agencia de empleo de Tokio por asignar a un vietnamita, que permanecía en Japón ilegalmente, como trabajador temporal en una compañía.
La policía descubrió que la tarjeta de residencia del extranjero había sido adulterada para que pareciera que vivía en Japón de manera legal, revela Asahi Shimbun.
La agencia se defendió alegando que no tenía forma de saber que el documento había sido falsificado.
La policía, sin embargo, dijo que la firma, por negligencia o a propósito, había violado la ley de control de inmigración por no verificar de manera correcta la tarjeta de residencia.
En 2020, la policía tomó medidas contra 790 extranjeros, una cifra récord, por falsificar sus tarjetas de residencia.
Ante el incremento de casos, la policía está intensificando las acciones para ponerle fin a esta ilegal práctica.
La ley de control de inmigración exige que los empleadores usen todos los medios disponibles para verificar el estado de residencia de sus trabajadores extranjeros.
En la mayoría de los casos, de acuerdo con expertos, las agencias saben que emplean a trabajadores extranjeros que permanecen ilegalmente en Japón o se hacen la vista gorda no chequeando sus documentos.
Las agencias de personal que reclutan a extranjeros y los envían a empresas como trabajadores temporales pueden perder sus licencias si son declaradas culpables de fomentar el trabajo ilegal.
10 agencias perdieron sus licencias en el año fiscal 2020, un significativo aumento con respecto a las cuatro en cada uno de los dos años fiscales previos.
Japón tiene una fuerza laboral de 1,72 millones de trabajadores extranjeros, según información de octubre pasado. (International Press)
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