Perú, la hora de los partidos políticos. Por Michel Azcueta*

Con el debate en la ciudad de Arequipa, prácticamente, se cumplió la etapa de campaña electoral dejando ya a los ciudadanos la toma de decisión final. Considero que ni los candidatos ni los partidos políticos ni la ciudadanía hemos aprovechado bien estas semanas de la segunda vuelta. No ha habido los espacios de debate, de análisis de propuestas, de escuchar otras alternativas a lo que en mítines y entrevistas nos han presentado los dos candidatos presidenciales.

Inclusive el propio Jurado Nacional de Elecciones, por presión, según parece de Perú Libre aceptó cambiar su cronograma de debates por un mal llamado “debate de equipos técnicos” y un “debate” de última hora en Arequipa.


Se entendió mal el llamado de la ciudadanía que quería conocer los planes y equipos de gobierno y no un grupo de personas, en los dos partidos, convocadas a última hora para que hablaran cada uno lo que quisieran en base a su indudable capacidad personal, pero sin coherencia alguna entre ellos y, mucho menos, anunciando a los ciudadanos qué es lo que harán si llegaran al gobierno. Se quedaron en los dos llamados “debates” entre eternas promesas, cifras, críticas y lamentaciones de siempre.

Lo que ha quedado claro es que gane quien gane no podrá gobernar solo, por eso no era un pedido “tramposo” el demandar la presencia de los equipos de gobierno de los dos partidos que pasaron a segunda vuelta. Era tanto una necesidad, pensando en el futuro inmediato del Perú, como una obligación, pensando en la responsabilidad de los partidos.

Ahora llega la hora de los partidos… y ahí seguimos con los problemas manifestándose una vez más: la debilidad institucional que se manifiesta por todo el Estado y por toda la sociedad, debilidad de la que no se escapan los partidos políticos.


Y cuando señalo que ha llegado la hora de los partidos, me refiero (y, humildemente, me trevo a convocar de una vez…) a todos los partidos políticos que han logrado presencia en el Congreso. Como organizaciones políticas han estado muy callados, demasiado callados, más allá de una u otra intervención de su líder/dueño. Un partido político se forma para servir a la nación intentando llegar al gobierno y al poder para hacer realidad, siempre partiendo de la práctica democrática para dentro y para fuera, los programas y planes que ha presentado no solo a sus partidarios sino a toda la ciudadanía.

La obligación y la responsabilidad de los partidos son evidentes en esta etapa que estamos viviendo, gane quien gane las elecciones presidenciales. Lo exige la soledad de los candidatos y el fraccionamiento del nuevo Congreso donde no hay una mayoría absoluta de un solo partido y mientras recordamos, tristemente, las nefastas decisiones que fueron tomadas en los últimos Congresos, co-responsables de muchos de los problemas que hemos vivido en el Perú.

Los partidos tienen que actuar ya y hacerlo no solo por lo bajo, escondiéndose, sino públicamente, frente a la ciudadanía que los ha elegido para ver cómo aportan desde ya a la solución de las graves crisis que seguimos viviendo a nivel nacional.


Desde múltiples colectivos nacionales hemos venido demandando la necesidad de una urgente concertación entre el nuevo Ejecutivo, el nuevo Congreso y la ciudadanía organizada, teniendo como base objetivos mínimos comunes (que, definitivamente sí existen…) para que, fortaleciendo la institucionalidad democrática, terminemos por fin con este terrible período de inestabilidad, desgobierno, corrupción y desprestigio de la política. Los partidos políticos tienen la palabra.

(*) Ex Alcalde de Villa El Salvador.


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