Luis Abinader asume como presidente de República Dominicana

Luis Abinader

Luis Abinader, de 53 años, asumió este domingo la Presidencia dominicana con el reto de enfrentar la grave crisis sanitaria y económica que vive el país a causa del coronavirus, así como la corrupción, un flagelo que cada año cuesta al país, en promedio, el 1,1 % del producto interno bruto (PIB).

Abinader, economista de profesión, juró el cargo ante el nuevo titular del Senado, Eduardo Estrella, después de que el mandatario saliente, Danilo Medina, rompiera la tradición y le entregara la banda presidencial en una ceremonia aparte en el Congreso Nacional alegando que lo hacía como medida preventiva por el coronavirus.


Abinader es el primer presidente de América Latina elegido durante la pandemia y, curiosamente, él mismo padeció la COVID-19 el pasado junio, lo que le obligó a recluirse en casa dos semanas en plena campaña electoral.

Nacido el 12 de julio de 1967 en Santo Domingo, en el seno de una familia acaudalada de ascendencia libanesa, es el primer mandatario dominicano nacido después de la dictadura de Rafael Trujillo (1930-1961).

Siempre enfundado en trajes elegantes, Abinader nunca ha ocupado un cargo público y ha dedicado toda su vida profesional al grupo Abicor, empresa familiar fundada por su padre, que es dueña de hoteles, una universidad y una de las fábricas de cemento más importantes del país.


Sin embargo, no se le puede considerar un advenedizo en la política puesto que se inició en la vida partidaria hace 15 años de la mano de su padre, quien además de empresario fue senador.

Fue candidato a la Vicepresidencia en 2012 como compañero de fórmula del expresidente Hipólito Mejía y es la segunda vez que aspira a la jefatura del Estado al frente del Partido Revolucionario Moderno (PRM).

Ganó las elecciones del pasado 5 de julio de forma contundente, logrando también el control de la Cámara de Diputados y del Senado, con la promesa de acabar con la corrupción, la impunidad, el caudillismo, el clientelismo y el régimen de privilegios que, según él, promovía el presidente saliente, Danilo Medina.


Abinader se enorgullece de que las empresas de su familia nunca han hecho negocios con el Estado, lo que descarta de entrada cualquier sospecha de corrupción.

Rodeado de grandes empresarios y banqueros, antes de asumir el cargo puso en marcha un plan para cortar gastos y adelgazar el Estado, a través de la eliminación de varias instituciones que considera nidos de corrupción y de distribución de cargos entre los partidarios del anterior Ejecutivo. (Agencias)


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