airKitchen, una plataforma que ofrece la singular experiencia de aprender cocina japonesa casera, ha ganado inmensa popularidad entre los miles y miles de turistas extranjeros que llegan para conocer Japón.
Ahora, recorrer los típicos lugares del país para tomarse fotos y vídeos para las redes sociales es una actividad de viaje incompleta si no hay oportunidades para interactuar con el ciudadano local.
Compartir una experiencia turística en un escenario tan cotidiano como la cocina de una casa japonesa, es más de lo que se puede esperar.
Con airKitchen es posible que el visitante seleccione y reciba una clase para aprender a preparar genuinos platillos japoneses de su preferencia, tal como se hacen en casa, de los que en muchos casos, solo probaron preparados instantáneos.
Desde que este servicio comenzó a operar en abril de 2018 por iniciativa de dos estudiantes universitarios de Nagoya, la plataforma ya ha logrado convocar a poco más de 10.000 japoneses, el 50% de ellos amas de casa, que ofrecen las clases en sus hogares.
CLASES EN LAS 47 PREFECTURAS DE JAPÓN
La experiencia comienza cuando el viajero selecciona en airKitchen.me una clase en cualquiera de las 47 prefecturas de seis regiones del país, desde Hokkaido por el norte, Kanto por el centro, hasta Okinawa por el sur.
Confirmada la reserva y llegado el día fijado, los anfitriones japoneses reciben al visitante en la estación de tren y juntos van hasta la casa donde se realizará la clase.
Se podrá aprender los secretos de populares platillos como el gyoza, sushi, tempura, así como a preparar, desde la masa de soba o el udon, hasta el fino y profundo caldo del ramen o cualquiera de las comidas del típico washoku.
Hay mucha demanda de clases de wagashi, que son los tradicionales dulces japoneses que se acompañan con té verde, o del obento, la comida preparada para llevar, y sobre todo al estilo “kawaii”, lindo o bonito.
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La oferta de clases es variada porque depende de las costumbres gastronómicas de la ciudad a donde llegue el turista. Se puede elegir un takoyaki en Osaka, un okonomiyaki en Hiroshima o un clásico dashimaki, la tortilla japonesa con las variantes de Kioto.
El tiempo de las clases es de aproximadamente 3 horas, incluido el momento de comerse parte de lo preparado. La comunicación se hace tanto en inglés sencillo y como en japonés básico, más aún cuando el visitante quiere poner a prueba su nuevo vocabulario.
La oportunidad no es solo para los viajeros, en su mayoría occidentales y asiáticos, sino también para los extranjeros residentes en Japón que han encontrado en estas clases el vínculo que buscaban para interactuar con el vecino y, literalmente, destaparle la olla para aprender cocina japonesa casera.
Según la Agencia de Turismo de Japón, la «experiencia cotidiana en Japón» está clasificada por el turista en primer lugar como la actividad más satisfactoria de su viaje. La plataforma de AirKitchen ha caído como anillo al dedo para cumplir este precepto del viajero.
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