Cuando Carlos Ghosn fue arrestado en noviembre de 2018 en Tokio quedó en estado de shock y lo primero que hizo fue preguntar si Nissan, de la que entonces era presidente, estaba enterada de su situación para que le enviara a un abogado.
Al día siguiente, lo visitó al embajador de Francia en Japón, quien le advirtió de que Nissan estaba contra él. “Ahí me di cuenta de que todo esto fue un complot”, revela Ghosn en una entrevista concedida a Reuters.
Poco después de la detención del ejecutivo francobrasileño, Hiroto Saikawa, alto mando de la compañía japonesa, denunció en una conferencia de prensa que Ghosn había estado usando dinero de Nissan para fines personales y que había falseado sus ingresos durante años.
Ghosn supo de las declaraciones de Saikawa a través del embajador. “Oh, Dios, esto es un complot”, dijo entonces el hoy prófugo.
El expresidente del fabricante de vehículos ha dicho antes que es víctima de un caso armado por la fiscalía de Tokio, algunos funcionarios del gobierno japonés y Nissan para evitar la fusión de esta con Renault.
Saikawa renunció el año pasado como CEO de la compañía japonesa después de hacerse público que había recibido compensaciones de manera irregular. (International Press)
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