Zonas rurales en Japón temen no poder conseguir trabajadores extranjeros debido a que pagan poco

El gobierno de Japón estima que alrededor de 345.000 extranjeros trabajarán en Japón durante los primeros cinco años como parte del nuevo programa que espera lanzar en abril de 2019.

Ahora bien, ¿dónde trabajarán los miles de extranjeros? ¿En las grandes ciudades donde se gana más? ¿Qué ocurrirá con las áreas rurales, que sufren una grave escasez de trabajadores y pagan menos?


El gobierno nipón ha asegurado que tomará medidas para evitar que los trabajadores extranjeros se concentren en las grandes urbes, pero no ha anunciado ninguna acción específica para tal fin.

Yomiuri Shimbun revela que en las zonas rurales de Japón existe “inquietud y escepticismo” con respecto al nuevo plan.

En el campo no creen que a los extranjeros les interese ir para ganar menos que en las ciudades.


En el puerto pesquero de Ishigaki en la prefectura de Okinawa, las empresas de pesca de una cooperativa local emplean a 31 aprendices de Indonesia. 27 trabajan en la pesca de atún.

A veces, los barcos no regresan al puerto durante una o dos semanas. Un funcionario de la cooperativa dice que sin los aprendices extranjeros no podrían operar. Muchos japoneses, afirma, quieren trabajos donde puedan tomarse vacaciones regulares.

Con el nuevo programa en marcha, el funcionario cree que los extranjeros preferirán empleos y centros de trabajo que ofrezcan buenas condiciones, motivo por el cual “la lucha constante para atraer a nuevos trabajadores no cambiará».


El salario mínimo por hora en la prefectura de Okinawa es de 762 yenes (6,71 dólares), el segundo más bajo de Japón, solo por encima de Kagoshima (761 yenes), y lejos de Tokio (985 yenes / 8,68 dólares).

El salario mínimo en la prefectura de Oita también es de 762 yenes. Una productora de leche de Oita, que da trabajo a cinco aprendices extranjeros, teme que el nuevo sistema no la ayude mucho a reclutar trabajadores. «Los trabajadores extranjeros vienen aquí para ahorrar dinero», dice.


Por otro lado, hay empresas de zonas escasamente pobladas que pese a necesitar trabajadores no están interesados en los extranjeros.

Un representante de una compañía que opera hogares para ancianos en la prefectura de Akita admite en declaraciones a Yomiuri que les falta personal y que quieren más trabajadores.

Sin embargo, no planea contratar a trabajadores extranjeros. “Nos preocupa el aspecto de la comunicación. De todos modos, realmente dudamos de que los extranjeros que quieran ganar salarios altos vayan a Akita», dice.

El 36,4 % de la población de Akita tiene 65 años o más, la proporción más alta de Japón. En el último año y medio, la población de la prefectura ha disminuido en unas 20.000 personas. (International Press)

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