La artista japonesa Yayoi Kusama llena Nueva York de lunares

Louis Vuitton se ha inspirado en su obra para algunos de sus diseños


La provocadora artista japonesa Yayoi Kusama vuelve a Nueva York con una exposición retrospectiva que abarca más de seis décadas de trabajo en las que ha explorado la pintura, el dibujo, la escultura o el cine, todo ello presidido por una recurrente e inconfundible imaginería hecha de lunares o redes.

Esta extensa muestra de 345 piezas, la primera de Kusama en Nueva York en los últimos quince años, abrió hoy sus puertas en el Whitney Museum of American Art, para «celebrar la carrera, de excepcional duración y distinción, de una de las artistas más respetadas e influyentes de su tiempo».


Kusama, de 83 años, es una artista polifacética, como lo prueban las obras reunidas en la exposición, que exhibe en orden cronológico dibujos semi-abstractos en papel, pinturas como «Infinity Net», célebre por la repetición de patrones a base de sus característicos lunares, o esculturas como las maleables «Accumulations».

Entre las obras, que datan desde la década de 1940, no faltan las instalaciones a gran escala como la poderosa «Fireflies on the water», una pequeña estancia con espejos, hasta 150 luces colgando del techo y una charca en el centro, para jugar con los reflejos y crear una aproximación a la realidad que raya la alucinación.

Además, ha incursionado en el terreno de las acciones políticas, los eventos contraculturales, el diseño de moda, o el cine, como su icónica película de 1968 «Kusama’s Self Obliteration», que se proyecta en la muestra y que refleja su experimentación artística más allá de los límites de la galería.


La exposición, auspiciada por Louis Vuitton, firma que se ha inspirado en la obra de la artista para ilustrar algunos de sus diseños en ropa y accesorios, permanecerá abierta hasta el 30 de septiembre, tras haber pasado por Londres, Madrid y París.

Kusama vive por voluntad propia desde 1977 en un centro psiquiátrico de Japón del que sale a diario para trabajar en su estudio.


El impulso de la carrera de Kusama se produjo en los años 50, cuando se mudó a Nueva York, ciudad en la que residió hasta 1973 y donde ella misma reconoce que malvivió y pasó hambre, pero donde tuvo contacto con el epicentro de la escena artística que tanta influencia ha tenido en su obra y que la convirtió en un icono de la vanguardia y movimientos como el Pop o el Minimalismo. (EFE)

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