La Policía de Saitama habría perdido unas 40 pruebas, como el rastro de sangre que fue recogido en un lugar de los hechos de un frustrado asesinato de una peruana que ocurrió el 2005 a manos de un brasileño.
Según versión policial recogida por la prensa japonesa, se ordenó a los agentes encargados continuar la investigación, pero descubrieron la pérdida de pruebas por causas desconocidas.
Las autoridades admitieron que “la administración de la investigación no fue adecuado”, pero aseguraron, sorprendentemente. que el incidente no afectará ni la investigación ni el juicio. El sospechoso estaba plenamente identidicado, pero nunca fue detenido.
El caso ocurrió la noche del 10 de julio de 2005 en un apartamento en Soka, Saitama. La víctima, una peruana de 30 años de edad en el momento, fue acuchillada en el abdomen y quedó gravemente herida. La policía está buscando el paradero del sospechoso, un nikkei brasileño de unos 30 años de edad, aunque sospecha que el hombre ha salido de Japón.
