Park Geun-hye, la tímida presidenta surcoreana que acabó en prisión

Con Abe y Obama.

 

Hija de dictador y primera mujer en ser elegida presidenta de Corea del Sur, la tímida y conservadora Park Geun-hye, ha pasado del confort del palacio presidencial a la dureza de una prisión arrastrada por una novelesca trama de corrupción.


Un tribunal de Seúl aceptó hoy la orden de arresto provisional solicitada por la fiscalía por su participación en un enrevesado caso de corrupción y tráfico de influencias que está zarandeando los cimientos del poder de la cuarta economía de Asia.

Ha sido la relación con su inseparable amiga y confidente Choi Soon-sil, conocida como «La Rasputina» surcoreana, lo que ha llevado a una mandataria de cuna como Park a abandonar el poder de la manera más humillante.

La hasta hace poco presidenta de 65 años, hija del fallecido dictador Park Chung-hee, está acusada de haber confabulado en la extorsión a grandes empresas con su amiga a la que permitió interferir en asuntos de Estado.


Estas acusaciones llevaron al Parlamento y al Tribunal Constitucional a apartar a la entonces presidenta del poder el pasado 10 de marzo, lo que la dejó sin la inmunidad de su cargo y expuesta a la dureza de la Justicia.

Con su detención, se ha convertido en el tercer exjefe de Estado surcoreano en pasar por la cárcel tras el general Chun Doo-hwan y Roh Tae-woo.

Park alcanzó en febrero de 2013 la presidencia de un país en el que el 80 por ciento de los diputados son hombres y la inmensa mayoría de instituciones y empresas apenas cuentan con representación femenina en sus órganos directivos.


La discreta política, conocida por sus limitadas capacidades de oratoria y su tímida mirada,volvió a marcar un hito al convertirse en el primer residente de la Casa Azul en ser destituido en los 30 años de la joven democracia surcoreana.

Su vinculación con la política ha sido desde su infancia intensa y trágica a la vez.

Tenía 11 años cuando su padre llegó al poder y acabó instaurando un gobierno autoritario durante casi dos décadas, que es recordado tanto por los notables progresos que propiciaron el «milagro económico» del país como por la dura represión de las libertades ciudadanas y graves violaciones de los derechos humanos.


El asesinato de su madre en Seúl en 1974 (Park contaba 22 años y se acababa de graduar en ingeniería eléctrica) a manos de un seguidor acérrimo del régimen norcoreano, le obligó a asumir el papel de primera dama.

Fue entonces cuando Park entabló relación con la ahora conocida como «La Rasputina» y el padre de esta, Choi Tae-min, líder de una secta religiosa que se declaraba mensajero de su difunta madre.

La joven, declarada admiradora de la reina Isabel II de Inglaterra, desempeñó el papel de primera dama hasta 1979, cuando su padre fue asesinado a manos de su propio jefe de Inteligencia.

Park, que nunca se ha casado ni tiene hijos, estuvo durante dos décadas apartada de la vida pública hasta ocupar un escaño en el Parlamento en 1998.

A partir de entonces comenzó su escalada en las filas del conservador Gran Partido Nacional, predecesor del Saenuri, del que se convirtió en candidata y líder en 2011.

Su inconcluso mandato de 4 años como presidenta estuvo marcado a nivel internacional por la alta tensión a la que se ha llegado en las siempre difíciles relaciones con la vecina Corea del Norte producto de la falta de voluntad de diálogo en Seúl y las crecientes pruebas armamentísticas de Pyongyang.

El momento más crítico de su presidencia fue tras el trágico hundimiento del ferri Sewol, que causó más de 300 muertos y desaparecidos, y provocó una ola de indignación por la mala gestión del naufragio.

Park ofreció disculpas y reconoció que el Gobierno no había sido capaz de prevenir el desastre y falló en su respuesta inicial. Tras la crisis política desatada, que hundió su popularidad, realizó varios cambios en el Ejecutivo.

Las reformas laborales y educativas aprobadas por su Gobierno fueron muy cuestionadas en la calle pero fue a finales de 2016 cuando saltó a la opinión pública el escándalo de «La Rasputina» y comenzó la debacle de la ya expresidenta.

Las marchas multitudinarias e históricas que inundaron de manera regular el centro de Seúl durante meses para pedir su destitución no fueron suficiente y Park intentó sobrevivir en el poder hasta que el Parlamento aprobó el pasado 9 de diciembre su destitución, ratificada el 10 de marzo por el Tribunal Constitucional. (EFE)

 

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