Japón no castiga como debería a los violadores

Se disculpan o pagan y se salvan de prisión

 

El actor Yuta Takahata pide disculpas (foto blog.goo.ne.jp)
El actor Yuta Takahata pide disculpas (foto blog.goo.ne.jp)

En agosto pasado, el actor Yuta Takahata (22) fue detenido por violar a la empleada de un hotel en Gunma.


Takahata, que admitió la violación, fue liberado bajo fianza el 9 de septiembre después de que los fiscales decidieron no presentar cargos. Al parecer el actor llegó a un acuerdo con la víctima.

La violación (sin resultado de lesión) en Japón, explica el periodista Jake Adelstein en un artículo publicado en Japan Times, no puede ser materia de acusación sin la denuncia de la víctima. Si esta no denuncia al violador o después se retracta, no hay caso.

La realidad es alarmante. La fiscal Kazuko Tanaka estima que solo el 4 % de las víctimas de abuso sexual presenta una denuncia ante la policía.


El Ministerio de Justicia calculó en 2012 que solo el 18,5 % de las agresiones sexuales en Japón fueron reportadas a la policía durante un período de cinco años. Y en los casos en que hubo arrestos, en más de la mitad los fiscales retiraron los cargos.

Peor aún, los delincuentes que son procesados por primera vez a menudo se libran de la cárcel con una sentencia suspendida.

Adelstein pone un ejemplo: en mayo, Kensuke Matsumi (22), un estudiante de la Universidad de Tokio, fue condenado por atacar sexualmente a una compañera de clase con varios amigos. La víctima rechazó su oferta de un acuerdo.


El 20 de septiembre, el Tribunal de Distrito de Tokio determinó que las acciones de Matsumi fueron «despreciables y causaron un sufrimiento insoportable».

¿Recibió por ello un castigo ejemplar? No. Matsumi recibió una sentencia de dos años de prisión, suspendida por cuatro años. Es decir, se salvó de la prisión. ¿Por qué? Porque expresó remordimiento por sus acciones y se comprometió a no beber alcohol.


Las acusaciones por violación en Japón son raras e incluso si un violador es encontrado culpable, muchas veces evade la cárcel pidiendo disculpas y pagando compensaciones, subraya el periodista.

Adelstein hace notar la contradicción entre un gobierno como el de Japón que se llena la boca hablando de empoderar a las mujeres y crear una sociedad en la que puedan brillar y un sistema que favorece la impunidad de los delincuentes sexuales.

“¿Cuán poderosa puede ser una mujer en una sociedad donde los violadores (ojo, condenados) pueden irse sin tener que pasar un día tras las rejas? ¿Son una disculpa y una compensación financiera suficiente castigo por abuso sexual? Tal vez estas son las primeras preguntas que el gobierno debería estar haciéndose”.

El 12 de septiembre, un grupo asesor adscrito al Ministerio de Justicia nipón recomendó que se revise la legislación sobre delitos sexuales con el fin de elevar la pena mínima de cárcel para violadores a cinco años y permitir que los fiscales acusen a un sospechoso sin necesidad de denuncia. ¿Algún día veremos estas propuestas convertidas en ley? (International Press)

 

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1 Comment

  1. Que decepcion de la justicia japonesa un poco mas y se va pareciendo a la peruana , dejar libre a violadores es irresponsable.

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