La imagen de Evo Morales se agrieta por el escándalo sobre su expareja e hijo

Evo Morales y su expareja Gabriela Zapata en foto reciente divulgada en las redes sociales.

Un 64 % de bolivianos considera que Morales miente sobre su expareja.


 

Evo Morales y su expareja Gabriela Zapata en foto reciente divulgada en las redes sociales.
Evo Morales y su expareja Gabriela Zapata en foto reciente divulgada en las redes sociales.

 
La imagen del presidente de Bolivia, Evo Morales, se ha agrietado con el escándalo sobre su expareja Gabriela Zapata y el hijo que tuvieron en 2007 hasta influir en la baja de su aprobación y que se le considere un mentiroso, según una encuesta.

La merma se refleja en el sondeo de Equipos Mori publicado el lunes por el diario El Deber que refleja la caída en la aprobación de Morales del 76 % al 55 % entre noviembre de 2015 y marzo de 2016.


La encuesta también indica que un 64 % de los encuestados considera que Morales miente, en contra de un 18 % que cree en la versión sobre el caso que estalló en febrero cuando el comentarista de televisión Carlos Valverde reveló su relación con Zapata.

La sospecha de Valverde era que Morales benefició con millonarios contratos a la empresa china Camce, donde Zapata era una ejecutiva pero hoy, además, el caso se ha convertido en una novela con un insólito suspenso sobre si el hijo de ambos está vivo o no.

A petición de Morales, el tema de los contratos está siendo investigado por una comisión del Parlamento y por la Contraloría General, en ambos casos bajo dirección oficialista.


El mandatario ha negado tajantemente haber beneficiado a Camce y a Zapata con los contratos del Estado y al mismo tiempo ha contado que su hijo nació en 2007 y murió poco después por una enfermedad, aunque él no lo constató ni en velorio o entierro.

El gobernante contaba con 47 años cuando se relacionó con Zapata y ésta, según declaró a los medios, tenía 18 años, aunque el Gobierno ha mostrado documentos que indican que contaba con 20.


A fines de febrero, Zapata fue recluida en una prisión dentro de una investigación de la Fiscalía por supuestos delitos económicos cometidos al parecer usando las oficinas del ministerio de la Presidencia, algo que las altas autoridades niegan haber conocido.

Además de Zapata, está detenida su mejor amiga que era funcionaria media en el ministerio de la Presidencia y el chófer de ésta, acusado de haber hecho un depósito en la cuenta de la expareja del mandatario y de haberla trasladado en un vehículo oficial.

El caso ha golpeado con dureza la imagen de Morales y uno de sus primero efectos parece haber sido la derrota del mandatario en el referendo constitucional del pasado 22 de febrero cuando la mayoría de los bolivianos vetó su intento de buscar un cuarto mandato.

Sin embargo, el politólogo Carlos Cordero opinó, en declaraciones a Efe, que si bien la imagen de Morales y de su Gobierno «han quedado muy lastimadas con este asunto», esto se irá «recomponiendo en el tiempo» porque el mandatario tiene aún cuatro años de gestión.

A su juicio, además, «todo lo que tenga que ver con el caso Zapata no va a terminar de ninguna manera en un juicio político, ni siquiera en una interpelación parlamentaria» al Gobierno.

Y es que el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, tiene el control de los dos tercios del Parlamento.

No obstante, pese a sus esfuerzos, el Gobierno no ha logrado detener el crecimiento de la polémica diaria sobre su expareja y el niño, en medio de un enredo, contradicciones y la viralización en las redes sociales de las descalificaciones contra el mandatario.

A partir de la detención de Zapata en prisión los ministros de Morales han insistido en poner en duda la existencia del niño y mostrar que la empresaria le mintió al presidente, dentro de una trama supuestamente armada por la oposición para afectar su imagen.

Según la ministra de Comunicación, Marianela Paco, desde que comenzó el caso Zapata habría mentido varias veces en temas como su edad, su supuesto título de abogada o el certificado de nacimiento del menor, todo con el propósito de desacreditar a Morales.

En defensa del mandatario, algunas autoridades han afirmado contra toda lógica que Morales sí reconoció al niño en trámites oficiales, pero también dudan de que haya existido.

El fiscal general del Estado, Ramiro Guerrero, acusó a Zapata de haber presentado un certificado falso del supuesto nacimiento del niño y el vicepresidente del país, Álvaro García Linera, afirmó que «engañaron» a Evo Morales sobre el nacimiento de su hijo.

«¿Cree que una niña de 17, 18 años, le va a engañar a un hombre de 48, 47 años?», preguntó Zapata para replicar esas teorías.

La empresaria ha ratificado varias veces, incluso en una carta a Naciones Unidas que su hijo sí está con vida y que solo lo presentará cuando tenga garantías internacionales porque, a su juicio, están en peligro su seguridad y la del menor. EFE

 

 

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