Chica de 17 años lidera exitoso proyecto contra los manoseadores en Japón

Prendedores antichikan (foto scb.jpn.org)

 

Pondrá a la venta prendedores con mensajes antichikan


Prendedores antichikan (foto scb.jpn.org)
Prendedores antichikan (foto scb.jpn.org)

Los chikan son una plaga en Japón. Quien lo sufrió en carne propia fue una estudiante de koko en Tokio que durante un año se sintió minusvalorada, impotente y humillada ante los manoseos de los que era víctima en los trenes casi todos los días, revela Asahi Shimbun.

El sufrimiento de la menor comenzó cuando inició sus estudios en koko, durante la media hora que le tomaba desplazarse en tren entre su escuela y su casa. El chikan nunca era el mismo.


La estudiante no podía hacer nada porque el tren estaba lleno. El abuso era más frecuente en su camino de vuelta a casa. En ese momento del día no estaban disponibles vagones solo para mujeres.

Al principio, estaba tan asustada que no podía gritar. Además, le preocupaba hacer falsas acusaciones porque nunca podía estar segura de quién la estaba tocando.

Tras cerca de un año de humillaciones, la menor reunió la fuerza suficiente para encarar a los abusivos y decirles que la dejaran en paz. Sin embargo, a menudo era ignorada o a veces el chikan negaba haberla tocado.


Una vez gritó: «Aquí hay un chikan. Ayúdenme, por favor». Nadie se acercó para ayudarla, así que ella misma lo denunció ante un funcionario de la estación de tren.

Todo cambió el día en que decidió pegar una tarjeta a su mochila con un mensaje claro dirigido a los chikan: «No voy a tolerar (el manoseo) en silencio” y la imagen de un manoseador detenido por la policía.

La advertencia de que no reaccionaría con pasividad funcionó. Nunca más la volvieron a tocar.


El éxito de la iniciativa impulsó a la menor de 17 años a crear un proyecto para ayudar a otras mujeres en su situación: elaborar insignias o prendedores con el mensaje antichikan y convocar un concurso de diseño.

En noviembre de año pasado, lanzó una campaña contra los manoseadores a través de una plataforma de crowdfunding para recaudar dinero y, paralelamente, convocó a un concurso de diseño para las insignias antichikan.

La menor logró recaudar 2,12 millones de yenes (casi 19.000 dólares) para fabricar y comercializar las insignias.

La iniciativa de la chica cuenta con mucho apoyo masculino. Cerca del 40 % de los concursantes fueron hombres.

Uno de ellos, Hiroto Kosaka, un diseñador de 50 años, dijo que como hombre lo enfadaban los chikan, y que desea que haya más conciencia pública sobre el problema.

Los prendedores se venderán en el sitio web del proyecto desde finales de marzo a 380 yenes (3,4 dólares). Ojo que en abril se inicia el año escolar en Japón.

El 14 % de las mujeres que viven en las ciudades de Tokio, Nagoya y Osaka han sido víctimas de chikan durante su viaje en tren entre la escuela o el trabajo y su casa, según cifras de la Agencia Nacional de Policía en 2010.

El 90 % no hablaron del manoseo ni lo denunciaron ante la policía.

Cuando se les preguntó cómo reaccionaron cuando fueron manoseadas (múltiples respuestas), el 53 % dijo que aguantaron en silencio, el 45 % huyó del lugar y solo el 27 % tomó algún tipo de acción contra el chikan.

En 2014, 3.439 casos de sospechosos de manoseo (no solo en los trenes) fueron remitidos a la Fiscalía por violar ordenanzas contra la perturbación del orden público, según la policía japonesa.

La policía preguntó a los chikan cómo elegían a sus víctimas (múltiples respuestas): el 51 % porque estaba cerca de ellos, el 34 % porque era su “tipo favorito”, y el 9 % pensaba que era poco probable que la mujer se quejara o lo denunciara. (International Press)

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4 Comments

  1. zeto lamento decirte esto pero japón es la capital mundial de los pervertidos, así que este punto toca dárselo a las feministas.

    Según tenia entendido los hombres no se atrevían a hacer eso ya que incluso un reporte tenia consecuencias negativas en su curriculun, por lo menos eso fue lo que entendi de leo en japanistic (que decía que era mejor tener las manos arribas por temor a rozar accidentalmente a alguien), pero yo realmente no puedo saber a ciencia cierta como son las cosas aya y creo que es probable que sea cierto.

    En este tipo de cosas toca dejar que las mujeres se expresen.

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