Japón potencia su tecnología aeroespacial para ser más competitivo

Ampliará instalaciones para ganar pedidos de lanzamiento de satélites de otros países

Cohete
La agencia aeroespacial de Japón ampliará su base de lanzamiento de cohetes existente de cara a duplicar sus capacidades y ganar más contratos para poner en órbita satélites de otros países, ante la competencia cada vez mayor con otras potencias espaciales.


Según adelantó hoy el diario Nikkei, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) habrá ampliado para 2019 el complejo que opera en la isla de Tanegashima, en la prefectura de Kagoshima (suroeste de Japón), de cara a la puesta de largo en 2020 del cohete de nueva generación que está desarrollando, el H-III.

La base de Tanegashima tiene actualmente una plataforma de lanzamiento para el cohete que JAXA utiliza con mayor frecuencia, el H-IIA, y otra para su versión de mayor envergadura, el H-IIB.

Esta última estructura será reformada y transformada en un nuevo complejo de lanzamiento.


Las obras arrancarán en 2017 y tendrán un coste total aproximado de 10.000 millones de yenes (71,2 millones euros/80,3 dólares).

El complejo tendrá un edificio de ensamblaje equipado con tecnología puntera que permitirá inspeccionar distintas partes de las lanzaderas de manera simultánea.

Gracias a esto, se espera que la duración de los preparativos sobre el terreno para un lanzamiento pueda quedar reducida aproximadamente a 25 días.


Esto permitiría a JAXA realizar unos 10 lanzamientos al año, el doble que actualmente.

Con esta mejora de infraestructuras y su nuevo cohete H-III Japón espera aumentar el número de pedidos de lanzamiento y poder reducir costes a la mitad hasta los 5.000 millones de yenes (35,6 millones de euros/40,1 millones de dólares) por cohete lanzado.


Estados Unidos, Rusia y Europa lanzan cada uno entre diez y 30 cohetes al año, mientras que China está poniendo en órbita unos 20 anualmente.

El H-III, que JAXA desarrolla junto Mitsubishi Heavy Industries e IHI, será con sus 63 metros de longitud el proyectil nipón de mayor tamaño y gracias a que su número de propulsores de combustible sólido adheribles se puede modificar, tendrá capacidad para lanzar satélites de muy distintos tamaños.

Con el desarrollo del H-III Japón también pretende potenciar la venta de tecnología aeroespacial al exterior.

El Gobierno nipón ya instó en marzo en un informe a incrementar la comercialización de esta tecnología desde los 300.000 millones de yenes (2.137 millones de euros/2.409 millones de dólares) actuales hasta los 5 billones (35.626 millones de euros/40.165 millones de dólares) al año para 2025. (EFE)

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