Extranjeros ilegales en Japón solicitan asilo para evitar ser deportados

Centro de Inmigración

Prensa japonesa cita caso de peruano que enseña “tácticas” para no ser echado de Japón


En los últimos años se está registrando una fuerte subida en el número de extranjeros que solicitan asilo en Japón. ¿Por qué? Es un recurso que están utilizando muchos extranjeros que han sido detenidos por permanecer de manera ilegal en Japón para evitar ser deportados, revela Yomiuri Shimbun.

No solo eso. Hay ilegales que enseñan “tácticas” para no ser deportados a otros extranjeros. Y funciona.

El diario japonés afirma que ha aumentado el número de extranjeros ilegales que permanecen largos periodos en los centros de detención de inmigración o que incluso reciben autorización para salir en libertad condicional.


Mientras procesan tu solicitud de asilo, aunque seas ilegal, no te pueden deportar.

Las falsas solicitudes de asilo son una de las principales preocupaciones de las autoridades de inmigración.

Yomiuri cita el caso de un peruano que en el centro de inmigración de Ushiku, Ibaraki, les explicaba a unos 30 detenidos: “Si no quieres que te deporten, debes solicitar la condición de refugiado. Aunque rechacen tu solicitud, la puedes presentar una y otra vez”. Y mientras tanto, consigues quedarte en Japón porque no pueden echarte. El peruano, que también buscaba asilo, les proporcionó el nombre de un abogado que podía ayudarlos.


Un guardia del lugar no ignoraba lo que decía el peruano, pero no podía obligarlo a callarse porque lo que hacía no era ilegal.

La solicitud para ser declarado refugiado es gratuita, no importa cuántas veces uno la presente.


Actualmente, el centro de Ushiku alberga a 300 extranjeros, la mayoría de los cuales se niega a volver a su país. Cerca del 60 % de ellos ha solicitado asilo.

Antaño, los detenidos eran deportados dos o tres meses después de entrar en el centro. Ahora, la mayoría no son deportados e incluso algunos logran quedarse en él por más de cinco años.

Uno de ellos admite: “En realidad no soy un refugiado, pero no quiero volver a mi país porque quiero trabajar en Japón”.

A diferencia de los presos en la cárcel –según Yomiuri–, la gente que está en los centros de detención puede comer cuando desee, utilizar teléfonos fijos, no tiene que trabajar, puede leer libros en sus habitaciones, ver televisión, jugar ping-pong y fútbol, y recibir tratamiento médico gratuito.

Cuando la revisión de la solicitud de asilo se alarga, algunos detenidos pueden salir en libertad provisional y vivir fuera de los centros de detención bajo ciertas condiciones, como reportarse ante las autoridades de inmigración cada mes o cada dos meses.

El año pasado, unos 270 detenidos fueron liberados temporalmente del centro de Ushiku.

Un funcionario de inmigración reconoce que le irrita cada vez que ve a los extranjeros que deben ser deportados salir del centro de inmigración “animadamente” en libertad condicional, gracias a las ventajas que le ofrece la ley. (International Press)

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