Los japoneses ya no votan pensando en Fukushima

Planta nuclear de Fukushima (foto Tepco)

 

Su principal preocupación es la economía


Planta nuclear de Fukushima (foto Tepco)
Planta nuclear de Fukushima (foto Tepco)

Ramón Abarca / EFE

La reactivación de las centrales nucleares tres años después del accidente de Fukushima es una de las cuestiones que más divide a los japoneses. Sin embargo, este espinoso asunto ha quedado fuera de la campaña de las elecciones del próximo domingo.


Los estragos del siniestro de la central de Fukushima, golpeada por un terremoto y un tsunami en marzo de 2011, siguen latentes. Miles de personas todavía evacuadas, enormes pérdidas económicas en la región y los responsables de la planta inmersos en un desmantelamiento costoso y problemático.

El miedo que se vivió durante la crisis y los devastadores resultados permanecen en la mente de los japoneses. Las últimas encuestas muestran como el 60 por ciento se oponen todavía a que se reactiven los 52 reactores cuyas operaciones quedaran suspendidas tras el accidente.

«A pesar de que está claro que las centrales nucleares no son necesarias, el Gobierno se empeña en reactivarlas. El terremoto y el tsunami le dieron una oportunidad a Japón de cambiar su estrategia energética, pero aun así los políticos han decidido aferrarse a las centrales para mantenerse en el poder», explica a Efe Daisuke Fujisawa, un actor residente en Tokio.


Después de la crisis de Fukushima y a raíz de los temores sobre la seguridad de las centrales nucleares, el Ejecutivo nipón decidió en mayo de 2012 dejar el suministro de este tipo de energía a cero por primera vez en cuatro décadas.

Aunque en ese momento hubo consenso en torno a prescindir de una energía de la que Japón dependía en un 30 por ciento, el actual Gobierno, con la excusa de reactivar la economía, ha aprobado una nueva regulación que permitirá la reapertura de algunas de las centrales.


Un total de 17 reactores en 10 plantas nucleares de todo el país están siendo sometidos a inspecciones para determinar si cumplen los nuevos requisitos de seguridad y las primeras centrales podrían estar en marcha el año que viene.

Aunque esta apuesta por recuperar la energía nuclear no es del agrado de la mayoría de los japoneses, no parece que vaya a afectar al apoyo del Partido Liberal Demócrata (PLD), formación del actual primer ministro, Shinzo Abe, que parte como claro favorito a estos comicios anticipados y celebrados a mitad de mandato.

«La energía nuclear no ha sido una parte central de la campaña. La gente se muestra en contra de que las centrales vuelvan a funcionar pero esta actitud no se refleja directamente en el voto», apunta Masamichi Ida, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Meiji.

En este sentido, explica que es un asunto que puede resultar bastante técnico mientras que temas como la economía o la subida del IVA están más cercanos al día a día de los votantes.

Las encuestas parecen incidir en esta idea, ya que el PLD, que apoya abiertamente la vuelta a la energía nuclear contaría con un respaldo de entre un 25 y un 30 por ciento.

Otras formaciones como el Partido Democrático (PD) o el Partido Comunista, con posturas más frontales contra la energía atómica no se acercan ni de lejos a esos porcentajes.

«Fukushima nos hizo plantearnos los riesgos de la energía nuclear y la necesidad de buscar alternativas. Estoy a favor de que Japón vaya prescindiendo de manera paulatina de ese tipo de energía y las centrales se vayan cerrando según se vayan quedando viejas», explica a Efe Yuzo Kiyono.

Este exdiplomático reconoce, sin embargo, que cuando vaya a votar el domingo su preocupación principal será la recuperación económica de Japón.

Precisamente, el alto coste energético que supone para Japón las importaciones de ingentes cantidades de hidrocarburos para centrales térmicas, lo que ha contribuido a hundir su saldo comercial, es el factor principal para defender la política del Gobierno.

«El Gobierno japonés tiene que darse prisa en reactivar las centrales nucleares que se consideren seguras. El apagón nuclear está incrementando nuestro déficit de manera masiva», comenta a Efe Masafumi Fukuda, asistente de producción de 33 años.

Este votante del PLD asegura además que la prensa japonesa quiere hacer este asunto políticamente más importante de lo que es, pero «en realidad a la gente lo que le preocupa a la hora de votar es la economía».

En caso de revalidar su victoria el próximo domingo, el conservador Abe no solo lo asumirá como un espaldarazo a sus políticas económicas, también como una carta en blanco de los japoneses para que siga adelante con su apuesta por lo nuclear.

 

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