China libera el buque japonés que retenía por deudas de 1936

 

Mitsui pagó 2.900 millones de yenes por una batalla legal que se inició hace 50 años


Barco japonés

El Tribunal Marítimo de Shanghái ordenó el jueves la liberación de un buque japonés de la naviera Mitsui OSK Lines, que llevaba seis días retenido en ejecución de una sentencia por el impago de deudas heredadas por la firma japonesa con una entidad china desde 1936.


 

Tras años negándose a hacerlo y tratando de negociar una alternativa, Mitsui pagó los 2.900 millones de yenes (20.400 millones de euros, 28.200 millones de dólares) que debía, según la corte shanghainesa, en compensación por la pérdida de dos barcos chinos que le fueron confiscados en 1936.

 


El dictamen del tribunal «para suspender la detención del barco ‘Baosteel Emotion» parece poner fin a un asunto interpretado por Japón como un obstáculo para las relaciones bilaterales.

 


Mitsui también pagó los costes legales de todo el proceso, iniciado en China hace tres décadas, y presentó garantías de que pagará todos los intereses y costes adicionales necesarios, aseguró el tribunal, que mantenía retenido el buque desde el pasado sábado.

 

El barco, de 226.434 toneladas, fue retenido por las autoridades chinas el pasado 19 de abril en el puerto de Majishan, en la provincia de Zhejiang, al sur de Shanghái.

 

La batalla legal que provocó esa retención comenzó en 1964, aunque el anuncio de su retención, este mes, fue el primero hecho por un tribunal chino sobre un barco japonés relacionado con la Segunda Guerra Mundial, cuando Japón invadió gran parte de China.

 

Aquella invasión, con todo, fue en 1937, por lo que el problema se originó meses antes de que se iniciara el conflicto militar abiertamente.

 

En 1936, una firma predecesora de Mitsui OSK, Daido Kaiun, cuyos activos luego formaron parte de la actual Mitsui, alquiló dos buques de la Compañía de Barcos de Vapor Chung Wei de Shanghái, aunque poco después le fueron confiscados por las propias autoridades japonesas, y posteriormente acabaron hundidos durante la guerra.

 

Chung Wei se mudó a Hong Kong en los años 50 y sus nietos, Chen Zhen y Chen Chun, iniciaron varios litigios contra Navix (la firma que se había hecho con Daido Kaiun) en 1964 y 1970, sin éxito en los tribunales nipones, hasta que lo llevaron también ante la Justicia china en varias ocasiones, la primera de ellas en 1988.

 

Como resultado, el Tribunal Marítimo de Shanghái sentenció en diciembre de 2007 que el grupo Mitsui, que se había fusionado con Navix en 1999, debería pagar la compensación de 2.900 millones de yenes liquidada finalmente el jueves.

 

Según un comunicado de Mitsui de hace unos días, desde 2007 las partes habían estado negociando un acuerdo económico extrajudicial para no tener que acatar la sentencia, hasta que «de pronto» el «Baosteel Emotion», un buque granelero de hierro de reciente construcción, botado en 2011, fue confiscado.

 

El portavoz del Ministerio de Exteriores chino Qin Gang desmintió el lunes que la resolución judicial tuviera relación con las actuales tensiones bilaterales entre China y Japón, agravadas por el conflicto de las islas Diaoyu (Senkaku en japonés) y las desavenencias por el pasado bélico que ambos países comparten.

 

Qin aseguró entonces que «se trata de una disputa comercial como otra cualquiera», y que «desde hace años, se habían llevado a cabo numerosas conversaciones entre ambas partes, pero desgraciadamente no tuvieron éxito».

 

Japón, por su parte, se tomó esta semana la resolución judicial como un acto de hostilidad que podría alterar las relaciones bilaterales, y recordó que China ya renunció a toda «petición de compensaciones de guerra», según el comunicado conjunto con el que ambos países restablecieron sus lazos oficiales en 1972. (EFE)

 

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