Y si no hay penales, ¿qué…? Por Jorge Barraza

Partido Holanda-Italia por la Euro2000.

No han podido sustituirlo, simplemente porque es el mejor recurso para desempatar.

Jorge Barraza
Jorge Barraza

«Quiero una solución. Los lanzamientos desde los once metros son una lotería», declaró Joseph Blatter, fijando su postura contraria a esa forma de  definir partidos empatados en competiciones de enfrentamiento directo, como los copas internacionales a partir de octavos de final o bien el mismo Mundial. El titular de la FIFA calificó a este tipo de definiciones como «una tragedia para los jugadores… Sólo es atractivo para las televisiones, cuyas cuotas de pantalla suben».


Una opinión respetable, por cierto, por venir del presidente del fútbol y porque todo juicio merece consideración. Pero, no ha dicho qué propone a cambio. Y ahí está la cuestión: hace 44 años (en 1970) se implantó este método de dirimir desde los 12 metros, se han buscado todo tipo de variantes y no han podido sustituirlo, simplemente porque es el mejor recurso para desempatar. Y porque no hay fechas para jugar un tercer encuentro.

En 1934, por los cuartos de final del Mundial de Italia, el local y España igualaron 1 a 1 el 31 de mayo, después de haber jugado 120 minutos. Fue denominado “La batalla de Florencia”, porque se pegaron a mansalva. FIFA dispuso que jugaran de nuevo al día siguiente; una locura. Con muchos futbolistas agotados, volvieron a protagonizar otros 90 minutos. España debió sustituir a siete jugadores por lesiones o magulladuras e Italia a cuatro. Allí se impuso la Azzurra por 1 a 0. Cuarenta y ocho horas más tarde, Italia debió enfrentar a Austria por la semifinal. Fue el único partido desempate que registran los Mundiales.

A nivel de clubes tampoco hay tiempo para un tercer juego, el calendario está tan apretado que resulta imposible. Además, todo está programado de tal modo que nadie aceptaría postergar lo que ya tiene planificado.


Los penales no son una lotería: el mejor preparado psicológica y técnicamente gana la serie. Si fuera una lotería, el técnico elegiría para rematar a los cinco tipos con más suerte que tiene en el equipo, pero no, elige a los cinco que mejor patean. Y del lado del arquero también prevalece lo técnico.

El fútbol es un deporte que siempre da revancha, y el gol de oro no la da.

Ya se probó con el gol de oro y no funcionó. El fútbol es un deporte que siempre da revancha, y el gol de oro no la da. Es terriblemente injusto. Un equipo puede estar jugando en gran nivel, dominando, buscando el gol, y en un remate desde 40 metros alguien rechaza y convierte. No es justo para quien está sosteniendo el espectáculo desde la ofensiva. Aparte, el gol de oro, en lugar de favorecer el fútbol de ataque, provoca que los dos equipos se cuiden en exceso por temor al gol que los deje sin nada.

El penal es parte del juego. La misma presión que siente el ejecutor en una definición la experimenta durante los 90 minutos. Sucedió el domingo anterior. Ahí vimos la importancia de saber ejecutar penales y de tener la mente fría, cuando Messi tuvo dos a su disposición frente al Real Madrid. Fueron en un momento caliente del partido, con el Barsa perdiendo y en el estadio Bernabéu. El ejecutor tenía todo para perder, pero los colocó ambos de manera magistral y salvó su reputación y la chance de su equipo. Esos dos penales, al final del torneo, pueden resultar decisivos para la obtención del título. Y sucedieron dentro del período normal del juego.


Partido Holanda-Italia por la Euro2000.
Partido Holanda-Italia por la Euro2000.

Ahora bien, cuando se habla de este tópico, todos analizamos desde el lado del que remata. ¿Y del arquero…? Esteban Pogany, guardavalla con 23 años de Primera División en Independiente, San Lorenzo, Racing, Junior, Independiente Santa Fe, Unión Magdalena y varios más, es hoy entrenador de las selecciones juveniles argentinas. Palabra muy autorizada para hablar del tema: “Hay muchos aspectos para entrenar y una situación estereotipada, o sea que se repite, como es el penal, un tema donde hay diversas opiniones. La mía es que el penal se entrena, y atajarlo no es cuestión de suerte. Hay muchos detalles que se pueden observar y ayudan a atajar un penal, como la carrera del pateador, si es corta o larga, si es defensor o delantero, si es zurdo o derecho, la inclinación del cuerpo y también  factores externos, como ser el resultado momentáneo del partido, si es primero o segundo tiempo, si hay hostilidad en la cancha, etc.»

“Hay muchos datos que da el pateador, por lo tanto no hay que jugarse a una punta sino tratar de esperar el remate, intentando estar bien parado y salir hacia donde va el balón, trasladándole la presión al que remata, pues el que patea la siente, y mucho».


“He escuchado muchas veces de ex compañeros míos de alto nivel que el arco se les hace chiquito, por ese motivo a veces no se ejecuta correctamente y las posibilidades de atajarlo son muy grandes».

“En la temporada 89-90, en el torneo argentino si un partido terminaba igualado se definía con la ejecución de penales. El que ganaba en los penales sumaba un punto más. Me patearon 33 penales y atajé 19, o sea, un gran porcentaje. Todo esto porque el técnico de San Lorenzo, el ‘Bambino’ Veira, me daba tiempo para entrenarlo y en cada práctica se ejecutaban 120 penales. Todos los días, 5 penales cada jugador. Ganamos los 9 partidos que fueron a penales. O sea, hicimos 9 puntos por eso. Por lo tanto, atajar un penal no es cuestión de suerte”.

Dicho por alguien que sabe.

* Ex articulista de El Gráfico y director de la revista Conmebol. Columnista de International Press.

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