Irma Aráuz: “Cuando ambos tienen que pedir perdón”

Irma Arauz
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Por la psicóloga Irma Aráuz*

Consulta:  Ella:Tenemos 15 años de casados y tres hijos, nos casamos en Japón. Ùltimamente compramos una casa y para mantener los gastos que han aumentado invitamos a vivir con nosotros a un cuñado y un sobrino. Aparte de hacerme cargo de todo en casa también trabajo pues el dinero no alcanza. El problema es que mi esposo siempre me ofende y me dice que estoy fea, gorda y que debería arreglarme más. A mí con todo esto ni ganas me dan de tener relaciones sexuales y no lo soporto porque siempre está queriendo tener sexo. Para remate lo sorprendí haciendo sexo por internet y me siento muy ofendida y triste a la vez, por lo que quiero separarme. Él: Sé que mi mujer está cansada pero yo también tengo dos trabajos y no me quejo tanto, me da rabia que cuando llego buscando un poquito de amor siempre me rechace, hasta ganas me dan de buscar por otros lados, pero están mis hijos por eso me puse a juguetear por internet. Yo quiero a mi mujer y a mis hijos mucho y no quiero separarme.”


 

Respuesta: Señora, entiendo perfectamente la rabia y la impotencia que siente. Son varios puntos a tocar pero lo más importante en este momento es que usted se tranquilice para poder pensar y tomar una decisión. Por supuesto la opinión de su marido aunque en este momento sea “el malo” también cuenta. Me gustaría analizar un poco su caso y explicárselo objetivamente, no es fácil por ahora llegar a un acuerdo pero tampoco es imposible.

Lo positivo de la situación


Ambos han acudido a consulta porque quieren arreglar su situación, aunque en este momento no estén de acuerdo pues las emociones están a flor de piel.

El origen

Ella: El trabajo de la casa, atender a los hijos desde la mañana, ir al colegio a juntas, llegar corriendo a recibir a sus hijos, hacer la comida, atender a su cuñado y sobrino es para caer rendida y sin ganas de nada. Ella se molesta cuando su esposo la toca pensando que no tiene consideración y que debería dejarla descansar. Sus “no ganas” tienen una explicación: El cansancio y las “ofensas” de su marido. Discuten y después de un rato a él se le pasa el enojo pero a ella no. Sus “rabias” van acumulándose y con ello se aleja más.


Qué puede hacer ella

La mayoría de las mujeres tienen claro el porqué de sus enojos y los hechos que los provocaron por lo que es muy importante que escriba todo lo que le molesta, pero no se la dé a leer a su marido, en ese mismo texto escriba lo que le gustaría que él le dijese. También hable con su cuñado y sobrino para que ellos se ocupen de sus cosas y enseñe a sus niños a ayudarla un poco.


Él: Con un patrón tradicional, en el que, el hombre es el que trabaja fuera de casa para dar sustento y la mujer es la encargada del hogar, se le olvida que las cosas ya no son así. No se da cuenta de todo el trabajo que tiene su mujer y no entiende por qué ella nunca tiene ganas. También está muy enojado.

Qué puede hacer él

Trate de escuchar a su mujer primero y póngase en su lugar. Después de que ella esté relajada ya puede pedir su parte de amor, ella se sentirá querida y aceptará.

Qué pueden hacer los dos

Intenten compartir un tiempo a solas y hacer un ritual. Primero que ella diga lo que siente y por qué está ofendida. Él después de escucharla repetirá: “siento mucho haberte ofendido y ojalá puedas perdonarme alguna vez”. Después le toca a él y ella dirá lo mismo.

Al expresar lo que les molesta ambos podrán entender al otro y después de la explicación podrán llegar a un acuerdo.

*La psicóloga Irma Aráuz atiende directamente en el teléfono 090-2553-3307 y en el e-mail consultasairma@live.com.ar.

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